A Good American
Cuando el encubrimiento es peor que el crimen Por Tere López
Resulta irónico ver un documental que denuncia la transgresión a la privacidad de datos que padecen los ciudadanos estadounidenses cada día, dirigido por un austriaco. ¿Dónde queda el buen americano?
Tal vez sea que la distancia y el desapego suelen dar mejores perspectivas, ayudan a mirar con menos miedo. Y el miedo en la sociedad americana es un factor que continúa imperando, particularmente desde los atentados del 11S.
Con A Good American, el director austriaco Friedrich Moser abre el debate sobre el cuestionable papel de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos antes y después de los atentados en Nueva York.
El documental refleja la curiosidad de Friedrich por ThinThread, el programa que pudo haber evitado no solo el atentado del 11S, sino los ataques terroristas posteriores que se dieron en Madrid, Londres, Boston, Paris y últimamente, Bruselas.
Friedrich, con un antecedente de estudios en historia contemporánea, consideró fundamental contar el documental desde la perspectiva de los censurados: el equipo que creó ThinThread.
Así, las voces de Bill Binney, descifrador de códigos y analista de tráfico; Ed Loomis, científico de la computación; Tom Drake, ingeniero de software; Kirk Wiebe, analista de tráfico; y Diane Roark ex-empleada de la NSA; salen a la luz para demostrar que la transgresión a la privacidad civil es un delito que sucede sin repercusión y con toda la intención del gobierno estadounidense.
A través del programa ThinThread se reunieron datos inteligentes de manera legal, efectiva y barata, en contraste con los programas que actualmente utilizan los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea. Entonces ¿por qué fue descartado por la NSA?
La tesis de Moser y las evidencias que muestran los colaboradores de ThinThread es que la dirección de la NSA, con altos intereses monetarios y la intención de recaudar impuestos, abandona el programa tres semanas antes del 11S porque no generaba lo suficiente en términos económicos.
El documental es un golpe al imperio de vigilancia masiva que hasta ahora se mantenía estable, y que sigue su causa a través de una campaña política para revelar el informe que se ha mantenido en secreto. El documento muestra detalladamente cómo apareció ThinThread y cómo fue rechazado por la NSA.
Como lo veíamos en el trabajo anterior de Moser, Los negocios de Bruselas (The Brussels Business, 2012), la pregunta sobre quiénes son las personas que mueven las piezas en las decisiones de seguridad, cómo operan, y cuáles son los intereses reales que motivan a los funcionarios, vuelve a aparecer.
Dinero, poder y control. Hablar de A Good American, es hablar de una cinta patriótica, pero no del tipo de patriotismo que agita una bandera, sino del que apunta a los valores fundamentales de una sociedad democrática. Que defiende los principios de una sociedad libre.
En el documental se habla de firmas electrónicas, patrones de conducta, una red en donde lo importante no es lo que se comunica, sino quiénes se conectan. Términos como metadatos o Big Data, que nos recuerdan a casos recientes como Panamá Papers y lo que planteaba Snowden con Citizenfour (Laura Poitras, 2014), una vez más usando el concepto de ciudadano.
En Europa, Friedrich está trabajando con el Parlamento para encontrar alternativas de seguridad y de vigilancia. No solo es la tecnología, eso se resolvió hace 15 años, sino la legalidad en el uso de datos la que debe mejorar.
Estamos en la era de la convergencia donde la cultura participativa considera al usuario como otro portavoz de la información. Habrá que empezar a ser buenos ciudadanos.