Animac 2013
Crulic, camino al más allá, Autobiografía de un mentiroso, Jamón Por Christian G. Carlos
Vamos a reconocerlo, porque tiene mérito: con el día de viento y lluvia que han dejado en Lleida, todos aquellos que se han acercado al primer día del Animac merecían un homenaje. Y vaya si se lo han llevado. El fantástico arranque de la decimoséptima edición de la Mostra Internacional d’Animació nos deja en las retinas una colección de pequeños héroes de los que le reconfortan a uno el ánimo. Héroes basados en hechos reales, con nombres y apellidos, como no podía ser de otra forma en una edición que pretende resaltar tanto las posibilidades documentalistas de la animación y que quiere seguir abriendo las puertas a un género que tan a menudo se deja encerrado únicamente en la ficción.
El primero en darnos una lección era Claudio Crulic. El protagonista de Crulic, camino al más allá (Crulic – drumul spre dincolo, 2011, Anca Damian) nos relataba su injusto ingreso en prisión. Hay ambientes, sensaciones, que difícilmente pueden generarse a través de la fotografía. El dibujo, en este caso, se tornaba esencial para marcar el ambiente gris del encarcelamiento y la angustia de Claudio. ¿Es imposible contar una realidad sin imágenes de archivo, sin esa foto o cinta tomada en el momento en que sucede la historia? No sólo es posible, sino que además ofrece unas posibilidades que a la historia de Crulic se le ajustan a la perfección. La dignidad perdida, que sólo se recuperará con una huelga de hambre y un drama que ya nos cuenta en el inicio.
Crulic, camino al más allá
El drama, dibujado con estilo completamente distinto, también lo encontrábamos en el corto francés a varias manos titulado Trois petits chats, en la primera sesión de cortos del Animac. Con unas formas dulcemente definidas, se nos explicaba la superación familiar a la muerte de la madre. El héroe, un padre que daría su vida para poder ofrecer el último abrazo a su hija. Después, un seco final generará el debate. También de superación en el contexto familiar trataba el Jamón (Iria López, 2012) con un ambiente mucho más cómico. Dentro de la sesión Futurs Talents, se nos contaba como el pequeño de la casa debía aceptar su diferente y escondida condición, para posteriormente renunciar a ella en un final que, con tintes dramáticos, no impedía la sensación de haber encontrado cierta buena cara en el drama.
Y si se trataba de terminar buscando el buen humor incluso en las situaciones más dramáticas, no cabía mejor manera de redondear esta primera jornada que con la inauguración dedicada al film basado en la autobiografía de Graham Chapman. También héroe a su manera, también hombre a su manera, también enfrentándose a lo adverso a su manera, Autobiografía de un mentiroso (Bill Jones, Jeff Simpson, Ben Timlett, 2012) nos mostraba el humor como una gran arma para los valientes. La obra está realizada con 17 estilos diferentes de dibujo. De nuevo, el formato animado complementa a la perfección el relato. Pues, si hay una manera radicalmente innovadora de mantener la expectación del público, no se me ocurre mejor forma que cambiando el ambiente de la cinta hasta en diecisiete ocasiones. Con la sutileza, además, de adaptar el estilo a la idea de cada capítulo de esa autobiografía. Excelentes imaginarios cuando nos cuentan los primeros pasos de su vida sexual o los famosos tres días después de dejar la bebida.
Con todo, Autobiografía de un mentiroso nos deja el legado de uno de mis héroes favoritos: el cotidiano que se toma las adversidades con el máximo buen humor y ánimo posible, no tanto para sí mismo, sino para mostrar buena cara a los demás.
El film hará disfrutar a todos los fans de Monty Python, y a los que aún no les conocían conseguirá acercarlos a la leyenda que Graham Chapman empezó. La leyenda de ser capaces de sorprender y hacer reír constantemente, por difícil que fuera el momento.
Com feies tu, avi.