Antes del frío invierno

Por María Caballero

Antes del frío invierno es la tercera película de Philippe Claudel, que obtuvo el reconocimiento por Hace mucho que te quiero (Il y a longtemps que je t’aime, 2008), notablemente mejor que esta última producción, sin embargo destacable por momentos, por ejemplo, en cuanto al ritmo narrativo, Claudel es sigiloso y no impone a los personajes ni las acciones que sucederán, sino que poco a poco va estableciendo unas normas que van abriendose de forma natural. La evolución del proceso argumental es bastante satisfactoria, una pena es la sensación de absoluto vacío en muchas de las escenas, o las secuencias de felicidad simulada como si de un falso Renoir se tratara.

Todo gira en torno a Paul, un neurocirujano de unos sesenta años que disfruta de su vida a caballo entre el hospital y su pareja, Lucie, que pasa todo su tiempo en el inmenso jardín y al cuidado de su nieta.

Antes del invierno

El espacio de la casa y la aparente serenidad entre los cónyuges, que pese a sus dudas, parecen amarse hasta la saciedad, nos recuerda a la joya cinematográfica de Alain Resnais El amor ha muerto (L’amour à mort, 1984). Pero sólo en algunos momentos de delicadeza y en los espacios tan bellos como abruptos. Aunque sobre todo Claudel deriva el filme hacia un estilo más sombrío muy similar al que vemos en Caché (Escondido) (2005), de Michael Haneke. El efecto de extrañamiento está altamente conseguido, además todo sucede en el seno de una familia burguesa aparentemente perfecta, entorno que se ve quebrado cuando de repente Paul empieza a recibir constantemente ramos de rosas anónimos.

El color rojo empieza a ser el protagonista de una inquietante historia obsesiva y anómala que roza el cine de género de terror psicológico pero sin llegar a conseguirlo. Eso sí, utiliza los mismos recursos del maestro Haneke, fundiendo el terror individual y el colectivo, el conflicto, las heridas y los pequeños detalles, esos detalles que en Claudel a veces sacan de quicio por su forzada poética, como son las secuencias en el jardín entre amigos.
No son pocas las veces en las que Philippe Claudel en Antes del frío invierno consigue tanto recordarnos a La mujer de al lado (La femme d’à côté, 1981) de Francois Truffaut como a un drama de sobremesa una tarde calurosa de verano.
Además el personaje de Paul va cayendo en la autoompasión y la confusión devenida por Claudel.

El brusco giro final no pasa desapercibido y hacen un flaco favor a esos 90 minutos que no son apoteósicos fímicamente hablando pero que nos incita a repasar la filmografía del realizador.

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