BAFICI – 20 edición
Panorama de aniversario Por Damián Bender
Dicen que veinte años no es nada, pero ¿veinte ediciones de un festival de cine? En comparación con los “gerontes” como Cannes o Venecia puede parecer poco, es cierto. Sin embargo, es un número para nada despreciable para un festival de cine radicado en Latinoamérica. No son muchos los festivales que pueden darse el lujo de anunciar una veinteava edición, y dentro de las posibles “etapas de vida” de los festivales casi que anuncia la llegada de la adultez o en otras palabras, de un afianzamiento en la tradición. Si se ha conseguido sortear la novedad de los primeros años y luego mantener la vigencia a pesar de perder el atractivo de lo reciente, es que ya se es parte de algo más grande. Una veinteava edición puede ser eso, la consagración de un festival como algo que ha terminado de despejar cualquier duda de que llegó para quedarse.
Y es que el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, mejor conocido por sus siglas, el BAFICI, llega a su edición número veinte con ganas de celebrar. Desde sus inicios en 1999, el festival fue ganando adeptos rápidamente en el panorama internacional debido a que revitalizó una escena argentina signada por el ostracismo de su festival más relevante (el Festival de Mar del Plata, único festival “Clase A” de Latinoamérica que afortunadamente ha levantado su nivel en los últimos años) y que sirvió como una de las plataformas de lanzamiento del denominado Nuevo Cine Argentino. Esos directores otrora noveles y el festival fueron creciendo a la par, y en consecuencia retroalimentándose mutuamente. Si a eso le sumamos una programación muy nutrida y diversa y su ubicación en el final del calendario festivalero –justo antes que Cannes- que le permite recolectar una gran cantidad de filmes destacados e inéditos en el país, tenemos una receta para ir todos los años. Personalmente, nunca me hubiera enterado de la existencia de directores como Hong Sang-Soo o Radu Muntean de no ser por ir de curioso a alguna función de sus películas en el festival.
La flor
Desglosar las distintas secciones del BAFICI puede tornarse fácilmente en un desafío, empezando desde la cantidad de películas que se exhiben en el espacio de 11 días. Haciendo cuentas el total de esta edición da cuenta de aproximadamente 366 audiovisuales, entre largos y cortometrajes. Con ese número ya nos queda claro de que la oferta es extremadamente amplia y que es imposible llegar a ver la mitad de lo que se proyecta en las salas. Pero en resumidas cuentas hay tres grandes bloques de programación, sumados a otros dos más pequeños. Los bloques más grandes son las Competencias Oficiales, la sección antes llamada Panorama y los Focos. Los otros dos bloques son los reservados para el Buenos Aires Lab – películas en progreso que forman parte del Berlinale Talents en Argentina- y el Baficito, bloque de películas infantiles. Lo más sencillo de mencionar es lo relacionado a la apertura y clausura: el BAFICI sigue apostando por la comedia a la hora de inaugurar y cerrar el festival. Las Vegas, del argentino Juan Villegas e Isle of Dogs de Wes Anderson serán las encargadas de poner los broches de oro a la entrada y salida, respectivamente.
Dentro de las Competencias tenemos varias categorías, siendo la Competencia Internacional la más importante. En esta edición hay un foco asiático interesante, con dos títulos provenientes de China, uno de Japón y otro de Corea – A Tiger in Winter, de Lee Kwang-Kuk-; además de títulos provenientes de Francia, Canadá o India. El enfoque sudamericano está muy presente, con tres obras provenientes de Brasil, una de Chile, una de Colombia y dos argentinas. Entre estas obras se encuentran As Boas Maneiras (Juliana Rojas, Marco Dutra), Dry Martina (Che Sandoval) o Azougué Nazaré (Tiago Melo). Las películas argentinas son muy dispares: Paisaje es la ópera prima de Jimena Blanco y luego está La Flor, el monte Everest del festival con sus 14 horas de duración divididas en tres partes. En mi opinión, la nueva locura de Mariano Llinás – director abonado del BAFICI– tras Historias Extraordinarias (2008) debería ser parte de la Selección Oficial fuera de Competencia, por dos razones: Llinás está por encima del bien y el mal, y su formato de 14 horas choca directamente con el promedio de hora y media del resto de las obras en competición. Suerte que no soy jurado. Una novedad más que bienvenida es la presencia de películas de animación en la Competencia: Virus Tropical (Santiago Caicedo) y Violence Voyager (Ujicha). En la Selección Oficial Fuera de Competencia se destaca especialmente Transit (Christian Petzold) que viene con un recorrido resonante en festivales, y también An Elephant Sitting Still, primera y última película del director chino Hu Bo, que acabaría quitándose la vida poco después de realizarla.
Luego tenemos las Competencias Argentina y la Latinoamericana, que tienen sus focos claramente marcados en el nombre. Dentro de la Competencia Argentina llaman la atención El Silencio a Gritos (José Celestino Campusano), Expiación, la nueva película del siempre ecléctico Raúl Perrone, Esto no es un golpe (Sergio Wolf), La Película Infinita (Leandro Listorti) y La Otra Piel (Ines de Oliveira Cézar). En la Competencia Latinoamericana aparecen entre otras La Directiva (Lorena Giachino), Robar a Rodin (Cristóbal Valenzuela), Lima en la Piel (María José Moreno) y Tito (Esteban Trivisonno). La Competencia de Derechos Humanos también tiene títulos interesantes como El silencio es un cuerpo que cae (Agustina Comedi), Meteors (Gürcan Keltek) y Toda esta sangre en el monte (Martín Céspedes). Y en la Competencia de Cortos Argentinos se pueden encontrar unos 21 cortometrajes para explorar.
La última de las Competencias es la de Vanguardia y Género. Es una improbable combinación de cine de carácter experimental y cine que trabaja dentro de los géneros, de cortos, medios y largos de todos los lugares posibles. Con 27 títulos en competencia, quizás el más resonante sea World of Tomorrow Episode 2: The Burden of Other People’s Thoughts, el nuevo cortometraje de Don Hertzfeldt, uno de los mejores directores de animación de la actualidad. Pero definitivamente no está solo, lo acompañan obras como The Disappeared (Gilad Baram, Adam Kaplan), Inferninho (Guto Parente, Pedro Diógenes), The Rider (Chloé Zhao), Wasteland No.1: Ardent, Vibrant (Jodie Mack), Milla (Valerie Massadian, ganadora en FICUNAM), o Pig, la nueva – y esperemos desconcertante- película de Mani Haghighi.
Season of the Devil
En el inmenso bloque de Panorama tenemos como foco principal la sección Trayectorias, en la que se proyectan películas destacadas del circuito de festivales que no hayan sido estrenadas en Argentina. Si bien este año la sección está menos nutrida que en ediciones anteriores, la calidad –a priori- no falta: Jeannette: la infancia de Juana de Arco (Bruno Dumont), Season of the Devil (Lav Diaz), A Skin so Soft (Denis Coté), Pororoca (Constantin Popescu), Victory Day (Sergei Loznitsa), Le lions est mort ce soir (Nobuhiro Suwa), Grass (Hong Sang-soo) son algunos de los títulos a disposición del público. La sección Noches Especiales incluye dos películas recientemente presentadas en la Berlinale: Viaje a los Pueblos Fumigados, nuevo documental de Pino Solanas y Malambo, el hombre bueno, de Santiago Loza.
Óperas Primas incluye debuts cinematográficos de directores provenientes de España, Alemania, Dinamarca, Francia, Argentina, Israel, Polonia y Australia, invitando a la exploración y al descubrimiento. Las otras secciones de este bloque se dividen según su temática, de modo tal que tenemos todas estas: Artistas en Acción, Arquitectura, Comedia, Familias, Gastronomía, Hacerse Grande, Lugares, Música, Nocturna, Presencias y Personajes, Pasiones y Películas sobre Películas. Los títulos se explican por sí mismos.
Otra minisección es Rescates, en la cual podemos encontrar numerosos films clásicos con los cuales canalizar nuestro espíritu nostálgico o simplemente distendernos en el trajín de tantos estrenos. Clasicazos como El monstruo de la laguna negra (Creature from the Black Lagoon, Jack Arnold, 1954), El bueno, el malo y el feo (The Good, the Bad and the Ugly, Sergio Leone, 1966), El Desprecio (Le Mepris, Jean-Luc Godard, 1963), El camino de los sueños (Mulholland Dr., David Lynch, 2001), o incluso Grease (Randal Kleiser, 1978) serán de la partida. Eso sí, todo en DCP.
El último gran bloque está conformado por los Focos, en los que se realizan varias retrospectivas de directores en particular. Este año los dos grandes nombres invitados por el festival son Philippe Garrel y John Waters, una pareja despareja. El Papa del Trash estará presentando muchas de sus obras, pero sin lugar a dudas los platos fuertes son Pink Flamingos y Hairspray en la pantalla grande. Una de las curiosidades de su foco es que también se proyectará una de las películas predilectas de Waters: Fuego de Armando Bó, un sexploitation argentino que terminará de escandalizar a más de una señora. En el caso de Garrel, se podrá recorrer la obra del francés desde Les Enfants Désaccordés (1964), su primer largometraje hasta la actualidad de Amantes por un Día (L’Amant d’un jour, 2017). Pero no son los únicos focos: el actor Ewen Bremmer, más conocido por su papel como “Spud” en Trainspotting (Danny Boyle, 1996) estará presentando ese clásico del cine noventero y su secuela, además de otras películas en las que formó parte. Otros directores “enfocados”: Axelle Ropert, Teo Hernández, Ozualdo Candeias, Johann Lurf, Kira Muratova y James Benning. Si bien todos parecen interesantes, espero poder hacer algo de tiempo para los dos últimos.
Cerrando con la andanada de secciones se encuentra el Baficito, lugar en donde se concentra la animación para niños y por ende, el contenido “apto para todo público”. Es para destacar la proyección de tres películas del estudio de animación irlandés multinominado al Oscar Cartoon Saloon: El Secreto del Libro de Kells (The Secret of Kells, Nora Twomey, Tomm Moore, 2009), Song of the Sea (Tomm Moore, 2014) y The Breadwinner (Nora Twomey, 2017). El resto de la sección combina clásicos como E.T., el extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, Steven Spielberg, 1982) con estrenos provenientes de Francia, Suecia, Finlandia y Colombia.
The Breadwinner
Del 11 al 22 de abril la cita con el cine está abierta en la Ciudad de Buenos Aires. Claramente la oferta no escasea, y si bien puede resultar complicado separar la paja del trigo en una cosecha tan inmensa, las sorpresas suelen resultar más agradables que lo contrario. Desde Cine Divergente estaremos haciendo foco sobre las variantes que ofrezca la Competencia Internacional, pero también se explorará lo que se pueda de la oferta restante, así que no se despegue del dial, que esto recién comienza.