Bestiaire
Ver y ser visto Por Christian G. Carlos
La crítica de cine Violeta Kovaciscs fue la encargada de presentar en el Festival Cinema d’Autor de Barcelona el film documental de Denis Côté. Antes de dejar paso a las imágenes, nos puso en preaviso sobre una de las ideas que más valor tiene dentro del ejercicio del director canadiense: lo estético está por encima de lo documental. A diferencia de los films de este género, Bestiaire no tiene tanto interés en explicar un tema o una situación, sino que su búsqueda persigue la belleza de cada plano, con formas que sorprendan al espectador. A lo estético va inevitablemente ligado lo sugerente, la otra cualidad que cabría añadir al film.
Así, la cinta pasa por ser un conjunto de imágenes en movimiento, encadenando cada escena sin que a priori lleguen a mantener una relación discursiva entre ellas: los encuadres se presentan en un plano fijo que no durará más de dos minutos antes de cambiar a otra, casi por azar. Situadas en el contexto de un zoológico, cada una de estas escenas nos muestra una única especie, sea a través de un solo animal o de varios, y lo hace mediante un punto de vista que además de la belleza persigue el detalle que sugiera. Es posible ver una escena en la que sólo aparezcan los cuernos de un reno y su movimiento, así como un directísimo primer plano de un búfalo.
Con las dos únicas premisas de la belleza y el detalle –bases que en ningún caso son ligeras o menores-, el ejercicio de Côté se cubre con una transparencia que sólo el que observe podrá descubrir, en el sentido más etimológico del término. El director canadiense apela a la mirada del espectador para que sea éste quien dé un sentido concreto, si es que lo tuviera, a lo que la cámara ha filmado con total neutralidad y sin intenciones, dado que lo único que ha hecho ha sido estar. Nótese la evidencia que al trabajar con animales la dirección es inexistente y lo espontáneo toma la pantalla, sólo limitada por el posterior montaje.
Con todo, fue una suerte poder compartir sala con unos niños que acompañados por sus padres se sentaban unas cuantas filas delante de mí. Hubiera sido fantástico poder escuchar sus comentarios, saber qué y cómo lo vieron. No tuve esa suerte, pero sí la de poder reflexionar acerca de las diferentes miradas, que dio más fuerza a mi impresión sobre la intención de sugerir que existe en Bestiaire.
Lo más probable es que cuando a estos pequeños les dijeron que verían una película sobre animales pensaran de inmediato en El rey león (The Lion King, Roger Allers, 1994) y otras tantas películas de perseverante idolatría, muy propia de la potente industria cinematográfica realizada por los vecinos de la Canadá de Côté. Menuda decepción, mis pobres. La experiencia ante las imágenes del director canadiense difiere en mucho de la que se consigue mediante la animación con marca estadounidense. Su transparencia y neutralidad está muy lejos de servir como ejemplo de comportamiento o como un objeto más para la mercadotecnia. Côté realiza un ejercicio completamente opuesto en el que podemos entrenar la mirada gracias a sugerentes escenas como las de un pavo real con un ala rota y un espejo en la pared, o las de unos felinos rascando y golpeando las puertas para poder liberarse de su jaula. También podemos prepararnos para ser vistos, observados exhaustivamente por esos primeros planos a los animales, que nos interpelan de manera directa.
Desde luego no se puede afirmar que ‘Bestiaire’ de Denis Côté sea una cinta entretenida. Por lo menos, no entretenida del modo que habitualmente se concibe. A priori lo único que pasan son animales y un zoológico, ¡y ni siquiera se atacan entre ellos o a los visitantes! No hay ni una pequeña concesión al suceso, salvo el trabajo detallado al máximo de un taxidermista. En teoría no sucede nada, pero en la práctica sucede todo lo que uno sea capaz de imaginar. Es un film para dejar correr la imaginación, para que el espectador lo construya y pueda encontrar su propio discurso. Todo ello mediante placenteras imágenes que, sin caer en el tedio, nos dan una calma propia del mundo natural.