Buenas noches, España

Buenas noches, España Por Déborah García

"Roll up, roll up for the mystery tour.
Roll up, roll up for the mystery tour.
Roll up and that's an invitation, roll up for the mystery tour.
Roll up to make a reservation, roll up for the mystery tour.
The magical mystery tour is waiting to take you away, waiting to take you away."Magical Mystery Tour, The Beatles

Encuadrada dentro de la sección Absolut risc del D’A, Buenas noches, España es la última película de Raya Martin. El director filipino es una de esas mentes privilegiadas que de vez en cuando aparecen en el mundo del cine. Con su obra ha logrado llamar la atención de la crítica y de números festivales, de hecho, son varias las ciudades que han dedicado una retrospectiva a la figura y a la obra del joven realizador. Sus películas Independencia (2009), la más guionizada de todas hasta el momento, y Manila (2009), realizada junto a su compatriota Adolfo Alix Junior, han participado en el festival de Cannes. En una entrevista que concedía Raya Martin hace un par de años cuestionaba la existencia de una supuesta “nueva generación de directores filipinos”, muchos de ellos ni siquiera son contemporáneos a él, pero pese a sus afirmaciones, generación o no,  Raya Martin destaca entre todo ese cine heterogéneo que va desde las propuestas más comerciales al cine más experimental, por ser el que realiza el cine más híbrido y más radical. La primera vez que tuve ocasión de ver Buenas noches, España fue en la I edición de Márgenes. Cuando la vi entonces me pareció una propuesta diferente y arriesgada, que obligaba al espectador a formar parte activa de la película. En los siguientes visionados me di cuenta de que el director también intentaba conectar con el pasado histórico de su isla, y sobre todo percibí que hay una intencionalidad manifiesta por reivindicarla frente a los países colonizadores.

En Buenas noches, España, Raya Martin experimenta con las imágenes, con el sonido, estrangula la narración y asesina la historia. El relato si es que existe se compone de diferentes episodios: una pareja que se teletransporta mientras están viendo la televisión, una road movie donde un hombre recoge a una mujer que se encuentra en la carretera, o unos jóvenes enamorados  que van desde el parque de doña Casilda hasta el Museo de Bellas Artes de Bilbao. En el museo tiene lugar una de las partes del film que más me gusta. Ambos protagonistas recorren las salas, se acercan a los cuadros, los miran, observan las obras y los objetos, para acabar imitando las escenas que los lienzos y las esculturas están representando. En estas escenas parece que Raya Martin se cuestiona, y nos interroga acerca del valor de la obra de arte, es como si mediante la re-representación del objeto, el director reflexionará sobre la vigencia de la imagen.

Buenas noches, España

Buenas noches, España ha sido definida como un recorrido lisérgico, es cierto, y en cierta forma, parece que el director nos invita a recorrer con él su experiencia alucinada e íntima con el cine.

Sería de locos intentar averiguar qué hay detrás de una película tan personal, pero al experimentarla, al sentir el cambio del video tradicional al super 8, y de ahí a la alta definición, lo que queda claro es que la película de Raya Martin es mucho más que un director jugando a saturar el color mediante la introducción de filtros. Es la decisión deliberada de un creador por transgredir nuestra percepción de la imagen y el sonido. Los diálogos no existen, los sonidos son: puro ruido y delirantes clips de audio que parecen sacados de una película de dibujos animados. El reparto se reduce a dos personas únicamente, la actriz Pilar López de Ayala y el actor Andrés Gertrúdix. Los dos aparecen en todos los episodios cambiando de rol y de época. Viajes alucinados, travesía astral, una historia del colonialismo español en Filipinas… sea lo que sea, es un desplazamiento en el cine dentro del cine, y un cuestionamiento a sus bases.

 Buenas noches, España no se entiende si no se pone en relación con sus películas anteriores. Cada trabajo de Raya Martin recoge todo lo precedente: experiencia personal y obra. Él mismo ha llegado a declarar que no suele reflexionar sobre sus films anteriores. Cree que la única cosa importante es siempre la última película que hace, porque ésta, estaría aglutinando todo el trabajo previo. En una película tan adulterada, y tan “artificial” el director parece haber encontrado la luz al final del túnel, la energía perfecta para poner a Buenas noches, España en relación con toda su obra y con el espectador que decida participar del viaje.

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