Costa Esperanza
Las fronteras morales de la supervivencia Por Laura del Moral
Costa Esperanza fue la encargada de inaugurar el 15 Festival de Cine Alemán de Madrid.
Su director Toke Constantin Hebbeln se ha introducido en el pasado próximo de su país como telón de fondo para mostrarnos una historia sobre los sentimientos y los conflictos internos de los seres humanos haciendo énfasis, como él mismo dijo en la rueda de prensa, en la pregunta de dónde está la frontera entre lo político y lo privado en aquellos años en los que el Ministerio para la Seguridad del Estado (Stasi) ponía bajo sospecha y amenaza a todos los ciudadanos de la RDA.
Hay que tratar de no vivir en el pasado pero es fundamental no olvidarlo, para no repetirlo y para saber de dónde viene uno mismo. Es importante recordar que los hechos que vemos reflejados en la pantalla ocurrieron en un pasado muy reciente, tan sólo 30 años atrás.
Costa Esperanza se centra en los dos personajes principales, Conny (Alexander Fehling) y Andreas (August Diehl), en sus dilemas éticos y morales que les ocasionaran sus propias decisiones y circunstancias. Un retrato de amistad y de supervivencia y de la difícil conjunción de ambas en situaciones falta de libertad y futuro, individuos encarcelados en prisiones donde la Stasi imponía sus propias reglas con torturas y vejaciones físicas y psicológicas y por otro lado, personajes aparentemente libres que vivían encerrados en sus casas vigilando la vida de otros pero igualmente atrapados en un sistema que debían aceptar si pensaban en su propia supervivencia.
No se queda Costa Esperanza en un retrato superficial de héroes y antihéroes, de buenos o de malos o de planteamientos con intenciones morales.
Se trata, como termina ocurriendo en todos los conflictos históricos y políticos de los países, en algo que va más allá y que en lo único que desemboca es en duros dramas personales, de seres humanos tratando de salir adelante, esperando cumplir sus sueños y sobre todo resistiéndose a no perder esa esperanza que se remarca en repetidas situaciones en la película y con lo que ya se juega desde su título.
Costa Esperanza no se encierra en los destinos o en el pasado de sus personajes, no realiza una minuciosa profundización en la historia de cada uno de ellos pero de eso es de lo que se tata, de que los espectadores nos cuestionemos a partir del planteamiento de sus historias personales para después trasladar esos interrogantes individuales a los dilemas más universales de este contexto histórico, ¿qué lleva a una Institución a comportarse de ese modo con sus propios ciudadanos?, ¿hubieras sido capaz de espiar a tus propios hermanos, vecinos, amigos bajo aquellas complejas circunstancias?, ¿hasta dónde es capaz de llegar un ser humano para sobrevivir?
Toke Constantin Hebbeln aborda la narración de esta historia con gran maestría lo que se convierte en uno de los puntos fuertes de la cinta, destaca la fotografía muy cuidada y alejada en este caso de una función estética para transportarnos a una época y a una realidad. Las interpretaciones de los protagonistas son merecedoras de destacar sabiendo jugar con destreza todos los matices que les proporcionan estos personajes en una lucha constante consigo mismos.
El final encierra muchas cuestiones de superación personal, de lecciones aprendidas a la fuerza en este viaje existencial en el que el director trata de acentuar que aún bajo las peores circunstancias posibles siempre hay un margen para la esperanza.
Llegué hasta aquí buscando una reflexión sobre el film que recién descubrí. Podría utilizar estas mismas palabras para explicarlo. Gracias
Opinas en forma muy equilibrada. Felicidades y Exitos
No soy crítica, pero la película me gustó muchísimo, excelente, muy vivencial, intensa, recreativa, al final … La esperanza .