Daredevil
Sangre, sudor y máscara Por Roger Gonzàlez i Mercader
"El mundo en el que vivimos ha cambiado y sigue cambiando constantemente (...) Pedimos nuevas ideas, nuevas situaciones dramáticas. Pedimos nuevos héroes"
He crecido con los superhéroes. Como muchos de mi generación he sido ávido consumidor de cómics Marvel (editados entonces por Fórum) y de DC (editados por Zinco). Pasaron los años, pero los superhéroes siguieron siendo interesantes de la mano de guionistas como Alan Moore, Grant Morrison, Frank Miller, Warren Ellis, Garth Ennis o Mark Millar, por citar algunos autores (muchos de ellos británicos) que han abordado el tema del superhéroe de una forma adulta y compleja. Algunos más radicales, otros más filosóficos, son autores que han buscado huir del argumento facilón tan extendido en éste género. Sirva esta introducción para explicar que, lo reconozco, soy algo reacio a la mayoría de versiones audiovisuales del mundo de los superhéroes. ¿Por qué? Porque en general son un espectáculo pirotécnico sin mucho más que efectos digitales y acción trepidante (de primera calidad, eso sí). Porque no encuentro en ellas ese “algo mas” que sí me aportan los comics de los autores mencionados, un plus que reflexiona, mezcla, destruye y recrea el género de superhéroes de formas sorprendentes y siempre estimulantes. Cierto que ha habido excepciones, desde el Batman de Nolan (Batman Begins. Cristopher Nolan, 2005) totalmente ubicado en los parámetros del género de superhéroes, a El protegido de Shyamalan (Unbreakable. M. Night Shyamalan, 2000), más complejo genéricamente y aún más interesante. Pero en general, como digo, mas allá de un visionado (despertado por una mezcla de curiosidad y de un “recordar los viejos tiempos”) el boom superheroico que se inicia a partir del 2000 con los X-Men (Bryan Singer, 2000) o Spiderman (Sam Raimi, 2002) no creo que haya dado de sí todo lo que éste género es capaz de dar.
Por eso, cuando me recomendaron ver Daredevil mi primera reacción fue defensiva, cuando no hostil, pero después de averiguar que Netflix 1 estaba detrás del producto pensé en darle una oportunidad. Y puedo decir que con esta serie he disfrutado de lo mejor en formato superheroico de los últimos años. Podría decirse que estamos ante un superhéroe de pequeño formato ubicado en el pequeño formato televisivo 2, pero relegar la pequeña pantalla como un formato menor al del cine hoy en día no es solo injusto sino también tremendamente equivocado. Hay más talento, imaginación y presupuesto en muchas series de esta nueva edad de oro televisiva que vivimos que en muchos films. Además el formato serializado permite, a menudo, recursos argumentales que al cine le cuesta más llevar a cabo. Uno de ellos es el profundizar en los personajes, mostrar su evolución, sus acciones y consecuencias. El tiempo aquí juega a favor de la serialización y Daredevil ha sabido aprovecharlo, marcando así la diferencia con los productos superheroicos cinematográficos, que apuestan, la mayoría, por el espectáculo palomitero pensado para la gran pantalla y el sonido dolby surround.
Así pues, olvídense de híper-amenazas globales y efectos digitales en cada plano, olvídense de los Vengadores 3, los mutantes de Xavier o del trepamuros. Aquí el género de superhéroes se desnuda de aventuras épicas y poderes espectaculares para concentrarse en un superhéroe de pequeño formato llamado a salvar, como mucho, un barrio humilde de Nueva York llamado La cocina del Infierno 4. Esto es lo primero que atrae del personaje de Daredevil, que ya desde su origen en 1964, con Stan Lee y Bill Everett como creadores, se establece como un héroe de proporciones humanas, un tipo de personajes que, junto a Pantera Negra o El Castigador 5 popularizaron los comics Marvel de los 60 y 70, que apostó por introducir complejidades argumentales y más realismo en sus cómics. Posteriormente en los 90, Marvel aglutinará estos personajes en un sello aparte llamado Marvel Knights, justicieros oscuros y violentos dirigidos a un público no infantil 6, bajo la tutela del que fue director de Marvel, el dibujante Joe Quesada 7, que además, es uno de los productores ejecutivos de la serie, junto al omnipresente Stan Lee. Daredevil está dirigida, en calidad de showrunner, por Drew Goddard, guionista y productor de series exitosas e interesantes como Alias (J.J. Abrams. 2001-2006), Perdidos (Lost. J.J. Abrams. 2004-2010) o recientemente films como Marte (The Martian. Ridley Scott, 2015).
Daredevil 8, alias superheroico de Matt Murdock, es un abogado ciego que, fruto de los productos químicos que le causaron la ceguera, es capaz de “sentir” el mundo más que cualquier ser humano normal. Más allá de estos sentidos, su fuerza y agilidad son fruto exclusivo del arduo entrenamiento aprendido especialmente a cargo de Stick (un ciego también con los sentidos agudizados, interpretado por el veterano Scott Gleen).
Abogado de los deprimidos de día, justiciero para lo que la ley no puede de noche, Daredevil está lleno de dudas morales y traumas infantiles. Emociones viscerales fruto de un pasado tortuoso por la traumática ceguera, por la pérdida de un padre boxeador y por la posterior crianza en solitario, un amalgama complejo de emociones interpretado por un excelente Charlie Cox 9. En Daredevil resuenan profundamente los ecos de un personaje como Batman, probablemente el superhéroe “humano” 10 más popular, que compartirá con Daredevil desde el padre idealizado a la crianza en solitario, pasando por la nocturnidad o la incomprensión social (Daredevil, al igual que Batman, será a menudo perseguido por la policía). Aleteos de murciélago que influyen también en el género prioritario de la serie: el thriller policíaco.
Daredevil es más género policiaco que superheroico, tanto en la narrativa como en el formato. Gángsters que dominan la ciudad, policías corruptos, periodistas amenazados, y jueces idealistas se mueven entre callejuelas oscuras, naves industriales abandonadas y despachos de alquiler barato, mezclando así el género mafioso y policiaco con el de superhéroes, salpicado de toques de thriller judicial y periodístico, originando un interesante producto que tiene como base el violento juego del gato y el ratón entre Daredevil (en su faceta de superhéroe y abogado) y Kingpin (el “boss” de los mafiosos). Todos ellos se moverán bajo una luz mortecina, amarillenta y verdosa (una fotografía que a menudo recuerda a Seven – David Fincher, 1995- ), acentuando el hecho de que el enmascarado, nuestro héroe, se mueve mejor bajo el manto nocturno. Se nota aquí especialmente la influencia del guionista y dibujante Frank Miller, que incorporó como nadie el noir en el género superheroico 11, no solo en personajes como Batman (Batman: el regreso del señor de la noche – Batman: the Dark Knigt Returns. Frank Miller, 1986- o Batman: año uno –Batman: Year One. Frank Miller, David Mazzucchelli, 1988) 12sino también en el mismo personaje de Daredevil en los cómics Born Again (Daredevil Born Again. Frank Miller, David Mazzuchelli, 1986) donde el enfrentamiento entre Daredevil y Kingpin y la fragilidad del superhéroe alcanzan cotas magistrales, y especialmente Daredevil: El hombre sin miedo (Daredevil:Man without fear. Frank Miller, John Romita Jr. 1993), sin duda una de las máximas inspiraciones de esta serie.
Pero donde el Daredevil de Netflix se distancia del Batman de Nolan es en la búsqueda de un realismo crudo. El high-tech de Batman, su traje espectacular, su batmovil y sus bat-armas aquí se convierten en una máscara improvisada en forma de trapo (ya visto en el mencionado cómic Daredevil: El hombre sin miedo), unos puños heredados de un padre boxeador y unas potentes artes marciales 13 (y, como he dicho, unos poderes sencillos –por no decir simplones- comparados con otros superhéroes). No es extraño, pues, que Daredevil ofrezca algunas de las secuencias de acción más potentes ofrecidas en el género superheroico, autenticas coreografías de la violencia que recuerdan al estilo directo y realista de las peleas de la saga de Bourne 14 o incluso la mítica pelea en plano secuencia de Oldboy (Park Chan-wook. 2003) 15. Y no es extraño tampoco que, después de estas crudas peleas, el protagonista acabe apaleado, destrozado y medio muerto. He aquí la gran humanización y realismo del personaje: aparte de sus dudas morales, la dificultad de control emocional o la soledad, nos encontramos ante un superhéroe que sufre profundamente en el plano físico: las peleas son duras y le cuestan sangre, roturas y puntos de sutura. El de Daredevil es, probablemente, el cuerpo de superhéroe mas magullado que se ha mostrado en formato audiovisual (con permiso de Kick Ass 16, aunque este lo hiciera desde la parodia). Vuelvo de nuevo a la influencia en la serie del Born Again de Miller, que ya mostró a un Matt Murdock/Daredevil profunda y extremadamente frágil, tanto mental como físicamente.
Quien también se muestra sorprendentemente humano e incluso frágil será Wilson Fisk/ Kingpin el antagonista de Daredevil, interpretado con brillantez por el ya de por si enorme 17 actor Vincent D’Onofrio. La serie ha querido da un giro al carácter unidimensional del Kingping del cómic, un gánster cruel y maquiavélico, enemigo también de El Castigador o Spider-Man, acentuando aquí su faceta más humana. La serie añade, así, un trauma infantil potente a modo de flashback (por cierto, un recurso recurrente para profundizar en los personajes, muy propio del cine negro 18 que la serie usará en diversas ocasiones) para buscar la empatía con un personaje solitario que, aparentemente, solo quiere lo mejor para Nueva York. Especialmente potente será la metáfora del cuadro blanco 19, una pintura que recordará a Wilson Fisk la pared blanca de su traumático pasado y que finalmente enlazará (ojo spoiler!) con la pared de la solitaria celda donde será encerrado. Un momento en el que, definitivamente Fisk se convertirá en enemigo declarado de Daredevil (en la jerga del comic un archi-enemigo) ha nacido Kingpin 20.
Así pues, una de las claves de ésta primera temporada de Daredevil será la de ser una especie de “año cero” del personaje y su entorno, en el que asistimos a su nacimiento y consolidación como superhéroe, definiendo amigos y antagonistas en el proceso. De hecho en la primera escena de la serie Matt Murdock confiesa a su párroco de guardia algo que aún no ha hecho pero hará: hacer de superhéroe, toda una declaración de intenciones y el inicio de un nacimiento. La fuerza de esta temporada, pues, reside en asistir al período de más dudas y fragilidad del personaje, un Matt Murdock/Daredevil que aun necesita ubicarse como superhéroe, como abogado e incluso como persona.
No me precipitaré en juzgar como puede ser la 2ª temporada, pero me atrevo a anticipar que probablemente ya no veamos ese frescor de asistir al nacimiento de un superhéroe que nos ha dado este Daredevil. Personalmente lo prefiero con un trapo en la cara que con el traje definitivo (ya mas al estilo Batman) en el que aparece en el último episodio de la primera temporada. Espero equivocarme, y así seguir disfrutando de éste superhéroe apaleado y vulnerable que la serie ha dado hasta ahora. Disfrutando de esta humana y realista fragilidad que es, al fin y al cabo, lo que hace interesante a cualquier personaje, especialmente si es un superhéroe.
- Distribuidor y productor de contenidos multimedia norteamericano responsable de series de gran calidad como House of Cards (Beau Willimon, David Fincher. 2013-actualidad) u Orange is the New Black (Jenji Kohan, 2013) ↩
- Soy reticente a esta definición pero la mantengo para entendernos. Sería más adecuado hablar de pequeña pantalla, pues estas series se consumen a través de múltiples aparatos tecnológicos (Ipads, móviles, pantalla del ordenador, televisor etc.). Y hasta lo de pequeña podría discutirse pues, de hecho, hay pantallas televisivas de enorme tamaño que poco tienen que envidiar a algunas pantallas de salas de cine. ↩
- Me refiero aquí desde el film Los Vengadores (The Avengers. Joss Whedon, 2012) a su secuela y films con Thor, Iron Man o Hulk como protagonistas. ↩
- Hell’s Kitchen. Barrio real de Manhattan, en Nueva York, conocido por su alta criminalidad. En él han crecido actores como Robert de Niro o Silvester Stallone y escritores como Frank Miller (!) ↩
- Creados en 1966 y 1974 respectivamente, siendo el primero el primer superhéroe negro de la historia. El castigador, por otra parte, parece que tendrá presencia en la 2ª temporada de la serie. ↩
- Técnicamente el sello va dirigido a un público lector juvenil-adulto, un lugar intermedio entre los títulos de superhéroes clásicos de siempre (Vengadores, Thor, X-Men) y los títulos bajo el sello MAX de Marvel, dirigidos exclusivamente a adultos (que nunca ha incluido a Daredevil, pero si al Castigador o Masacre, del que se estrena en breve un film extremadamente violento dirigido exclusivamente adultos (Deadpool. Tim Miller, 2016) ↩
- Fue editor en jefe de Marvel Cómics del 2000 al 2011. ↩
- Nombre que podría traducirse como temerario, y que en nuestro país fue llamado durante años Dan Defensor, para justificar las dos D de su traje. ↩
- Actor inglés que, entre otros, ganó en 2012 el premio a mejor actor por su trabajo en Boardwalk Empire (Terence Winter. 2010-2014) donde interpreta al irlandés Owen Slater. ↩
- Batman es del tipo de superhéroes sin ningún poder más allá de su entrenamiento y su tecnología. En este caso Daredevil, aunque con un súper-sentido especial, se podría considerar incluso más humano y realista que Batman, al menos en la comparación entre esta serie y el Batman de Nolan. ↩
- Por no hablar, fuera del género superheroico de su magistral noir Sin City (Frank Miller, 1991) del que hizo una versión cinematográfica junto a Robert Rodríguez (Sin City. Robert Rodríguez, Frank Miller,2005) ↩
- Batman: año uno es, a su vez, una de las máximas inspiraciones para el Batman de Nolan. ↩
- De nuevo una influencia de Frank Miller, amante del mundo oriental, especialmente el entorno yakuza y las artes marciales (ambas aparecen en la serie) ↩
- Me refiero especialmente a El caso Bourne (The Bourne Identity. Doug Liman, 2002), El mito de Bourne (The Bourne Supremacy. Paul Greengras, 2004) y El ultimátum de bourne (The Bourne ultimátum. Paul Greengras, 2007) serie de espionaje que destacó por sus crudas y realistas escenas de acción (que influyeron, por ejemplo, en la saga Bond) ↩
- Especialmente la incursión en el clan ruso del episodio 2 ↩
- Cómic: Kick Ass. (Mark Millar, John Romita Jr. 2008), film: Kick Ass listo para machacar. (Kick Ass. Matthew Vaughn, 2010) ↩
- Disculpas por el obvio juego de palabras, D’Onofrio es un buen actor que mide 1’93 de altura. ↩
- Perdición (Double Indemnity.Billy Wilder, 1944) Laura (Otto Preminger, 1944) o El padrino parte II (The Godfather: Part II. Francis Ford Coppola, 1974) serian sólo algunos ejemplos ↩
- Los colores, aquí, parecen invertirse: Kingping a menudo es relacionado con el blanco (en los cómic suele vestir así) y Daredevil con el rojo. La falsa pureza vs. la irascibilidad justificada. ↩
- Aunque en la primera temporada de la serie aún no se hace llamar de esta forma. ↩
Me gustaría dedicar este articulo a Jordi López, que me recomendó la serie a pesar de mis iniciales reticencias, y a Toni Morales. Juntos somos ejemplo de que, aunque a menudo bajo diferentes enfoques, la llama de los superhéroes no tiene edad y se transmite de padres a hijos. Frikis y orgullosos!