El ministerio del tiempo

De puerta en puerta Por Roger Gonzàlez i Mercader

Él, lo sé -porqué habíamos discutido esta cuestión entre nosotros mucho antes de que construyera la máquina del tiempo- no albergaba ningún optimismo acerca del progreso de la humanidad y veía en el creciente cúmulo de civilización solo un estúpido amontonar que inevitablemente debía venirse abajo y destruir, finalmente, a sus creadores. Si esto es así, no nos queda sino vivir como si no lo fuera.H.G. Wells (La Máquina del Tiempo)

Una serie española de género histórico. Hasta aquí nada nuevo, pero ¿de ciencia ficción? ¿¿De viajes en el tiempo?? Ahí es donde El Ministerio del Tiempo, la nueva serie emitida y producida por TVE 1 merece especial atención. Una serie que, además, ha cosechado un enorme éxito de público, especialmente entre el fandom más activo, que la ha convertido en todo un fenómeno en las redes sociales. Éxito, por otra parte, que ha permitido renovar para una 2ª temporada a una serie llena de sorpresas.

La primera sorpresa de El Ministerio del Tiempo es genérica: estamos ante una serie de ficción que se atreve a aunar el género histórico, la ciencia ficción 2 y el thriller de acción dramático. Por un lado parece una apuesta segura, las series de género histórico son de las más exitosas (y numerosas) de los últimos años 3, amén de ser una de las especialidades españolas, como lo muestran títulos como Águila Roja (Juan Carlos Cueto, Pilar Nadal, 2009-actualidad), Isabel (Javier Olivares. 2012-2014) o El tiempo entre costuras (Emilio Pina, 2013-1014) 4. Por otro lado está la estrategia de sumar el público del fantástico y la ciencia ficción, que, aunque no mayoritario, suele ser especialmente fiel si le gusta el producto y muy activo en las redes sociales (como ha sido el caso). Y todo ello salpicado con el thriller, el drama, la acción, y algunos toques de humor, ejes transversales de la mayoría de ficciones actuales. Ambas apuestas genéricas pero no están exentas de cierto riesgo, pues el género histórico y la ciencia ficción precisan de una producción cuidada y creíble, lo que en el mundo audiovisual se traduce en inversión, inversión e inversión. No hay pues que menospreciar la valentía de El Ministerio del Tiempo, un producto que, a pesar de ser una de las más fuertes apuestas de TVE (con tres platós que suman más de 3.000 metros, efectos digitales, decorados naturales y 600.000 euros de presupuesto) ha de enfrentarse, no lo olvidemos, con un público exigente acostumbrado cada día más a series de gran calidad y mucha inversión, especialmente las de temática fantásticas e históricas venidas de Estados Unidos. 5

El ministerio del tiempo

Así, relacionado con el apartado anterior, diremos que la segunda sorpresa de El Ministerio del Tiempo está en su acertada ambientación histórica, una precisa y excelente inversión en diseño de producción, vestuarios, decorados y efectos digitales con el objetivo, más que cumplido, de trasladarnos a otras épocas con credibilidad y coherencia. El siglo XIX, el Siglo de Oro o la 2ª Guerra Mundial serán algunos de los crono-paisajes donde se moverá la serie en su particular viaje a través de la historia de España. Siguiendo con la ambientación, la sede ministerial, espacio central de la serie, ofrece una mezcla extraña; por un lado la esencia romántica, casi encantada, que ofrecen escenarios como el patio del pozo que oculta el ministerio, o la escalera de caracol que accede a las puertas del tiempo (de inocente apariencia maderosa). Por el otro están los despachos y comedores dónde trabajan los funcionarios del tiempo, de estilo setentero, algo decadente, buscando aquí unos espacios políticos en crisis. Aquí uno (quizá demasiado influenciado por la serialidad norteamericana, lo admito) esperaba encontrar una especie de pentágono high-tech o, al contrario, un enorme laboratorio secreto subterráneo de estilo neo-gótico. Pero se entiende que el diseño de interior ministerial responde a una intencionalidad austera y crítica, una crítica al hecho diferencial español apoyado en diversos diálogos jocosos al respecto.

Así, el humor de la serie (que lo hay en pequeñas dosis) se mueve en diversos niveles. Por un lado están las pinceladas de humor autorreferencial, que tanto gusta a los fans, como por ejemplo los comentarios sobre el capitán Alatriste 6 que dejan estupefacto al soldado de los tercios de Flandes Alonso de Entrerríos, o los comentarios jocosos sobre el film Terminator (James Cameron, 1985) que hará el personaje contemporáneo de la serie, Julián, para tratar de entender qué repercusiones tiene esto de viajar en el tiempo (“en serio que no habéis visto Terminator?”) 7. Es un humor de choque temporal, para entendernos, que además ayuda a dotar la serie de realismo y credibilidad. Por otro lado encontramos el humor (auto)crítico, vinculado a los tópicos hispanos y a la crisis del presente; del funcionario cabreado por los recortes a la impuntualidad» 8 algunos llamaban el mal español a la sífilis. El mal español es la impuntualidad «. He de admitir que, aunque anecdótico, es un humor a menudo chirriante, y más cuando muchos de estos comentarios están en boca del director del ministerio Salvador (Jaime Blanch), un actor con un fuerte lastre teatral en su haber. 9

El ministerio del tiempo 2

Por suerte tanto este humor, como el deje teatral en los actores es anecdótico. Uno de los pros más fuertes de El Ministerio del Tiempo es, sin duda, el dotar a los personajes de una textura dramática potente apoyado por magnificas interpretaciones. Empezando por sus tres protagonistas: Rodolfo Sancho 10 (Julián Martín, enfermero del SAMUR), Aura Garrido (Amelia Folch, universitaria del siglo XIX) y Nacho Fresneda (Alonso de Entrerríos, soldado de los tercios de Flandes), tres novatos acabados de llegar al Ministerio que formarán equipo para las diversas misiones encomendadas. Los tres personajes, además, contaran con trabajadas subtramas personales 11 que los dotaran de una potente tridimensionalidad dramática. Hay que sumar a todo esto una, también muy bien medida, creciente tensión amorosa entre Folch y Julián, relación que probablemente acabe de desarrollarse en la 2a temporada 12. Y al lado de los tres protagonistas, unos secundarios excelentes cómo Cayetana Guillem Cuervo, Juan Gea (Irene Larra y Ernesto Jiménez respectivamente, ambos agentes del ministerio) o una increíble Mar Ulldemolins (interpretando a Maite, ex mujer de Julián), aportando todos ellos una gran calidad interpretativa a la serie.

A pesar, pues, de estas pinceladas de humor patrio y un diseño ministerial desdibujado, hay una cuestión “made in spain” que encuentro valiente y acertada: el hecho de viajar por la historia de España, por sus personajes míticos y sus momentos clave. Una historia lo suficientemente rica para no tener que recurrir a lugares (y tiempos) foráneos. Así, bajo la premisa que «las puertas del tiempo solo se mueven en territorio español» 13 asistimos al zarpar de la Armada Invencible con Lope de Vega, el encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya o los días de estudiantes de Buñuel, Lorca y Dalí. Momentos y personajes, todos ellos, tratados con gran dignidad y buscando una documentada fidelidad histórica. Incluso hay personajes, como el excéntrico Velázquez (magistral su obsesión y posterior encuentro con Picasso) el general Espínola, o el presentador de TVE Jordi Hurtado (!), que forman parte del funcionariado ministerial, estableciendo un aliciente curioso el hecho de pensar que algunos personajes de la historia de España fueron (y son) trabajadores inter-temporales.

El ministerio del tiempo 3

Destaquemos, pues, los que, considero, son los dos mejores aciertos de la serie (ambos a nivel de guión). El primero está en todo lo referente al tiempo y su relación con los personajes. Cuando El Ministerio del Tiempo podría haber caído en una simple retahíla de misiones temporales (formula que la hubiera agotado en pocos episodios) la serie, haciendo hincapié en el factor dramático, incide especialmente en como el tiempo puede afectar a los individuos. Personajes que, ante la posibilidad de manipular el tiempo, de alterar momentos de su pasado, sufren, dudan y actúan en beneficio propio. La relación entre Julián Martin y su fallecida novia, a la que intentará salvar de su destino, será el ejemplo más potente de esta relación individuo/tiempo en esta primera temporada. Films como Terminator, Atrapado en el tiempo (Groundhog Day. Harol Ramis, 1993), que tendrá su particular homenaje en el bucle temporal del capítulo 4 14, Regreso al Futuro (Back to the Future. Robert Zemeckis, 1985) o Fringe (J.J. Abrams, 2008-2013) 15, tendrán aquí sus ecos más evidentes. Todas ellas ficciones en donde el tiempo incide profundamente en situaciones particulares, produciendo paradojas o futuros alternativos, tópicos de los viajes en el tiempo que no por usuales dejan de tener un fuerte potencial dramático 16. Especialmente destacable es el episodio 7, no solo porqué Julián decide interceder directamente en el tiempo para estar con su mujer difunta, sino también porque, a nivel formal, la serie encuentra aquí un muy personal estilo de montaje multi-pantalla, lleno de una tensa división temporal que bien podría haber sido la «marca» estilística de la serie (una lástima que no se haya explotado demasiado en otros capítulos).

Otro de los aciertos del guión, y relacionado con el anterior, está en el uso socio/político del Ministerio del Tiempo, una organización cuyo objetivo es el mantenimiento del status quo, de evitar toda alteración temporal que afecte al presente. Este objetivo será puesto en duda en más de una ocasión, no solo por cuestiones personales, como ya he mencionado, sino en la propuesta de utilizar los viajes en el tiempo para alterar positivamente la sociedad del presente. Aparecen aquí inspiraciones de la potente literatura de ciencia ficción relativa al tiempo: desde El fin de la Eternidad (The end of Eternity. Isaac Asimov, 1955), con la institución llamada Eternidad encargada de realizar los cambios temporales adecuados para el mejor futuro de la humanidad, hasta La Compañía del tiempo (In the garden of Iden. Kage Baker, 1998) que incluye reclutas temporales por toda la historia, como los diversos agentes del ministerio repartido por todas la épocas españolas) o especialmente La patrulla del Tiempo (Time Patrol. Poul Anderson, 1991 ) en donde una unidad policial se encarga de preservar diversos momentos de la historia de posibles alteraciones temporales. Son, todas ellas, novelas que profundizan sobre las consecuencias y posibilidades de las alteraciones temporales, especialmente a nivel social e institucional. Más allá de estas inspiraciones, la serie sabe crear un universo propio, discutiendo constantemente sobre el uso (y abuso) de los viajes en el tiempo y sus posibles implicaciones sociales, presentando personajes como la misteriosa Lola Mendieta (Natalia Millán), el radical Armando Leiva (José Antonio Lobato) o la finalmente rebelde Irene Larra, que abrirán el interesante debate sobre la posibilidad de utilizar el tiempo para mejorar la sociedad presente, introduciendo, además, un interesante concepto de lucha de clases, sobre aprovechar el tiempo para hacer justicia social y preguntándose porque el ministerio ayuda a grandes personajes, y no a la mayoritaria gente sencilla que ha poblado la historia.

La manipulación temporal, lo sabemos des de H.G Wells, Asimov o Bradbury, es delicada, incluso peligrosa, pero quizá es la oportunidad para mejorar un presente en crisis, lleno de injusticia social y desigualdades. Con El Ministerio del Tiempo quizá tengamos el cambio al alcance de la mano.

Solo hay que abrir una puerta…

 

  1.  Co-producida junto a Cliffhanger (productora afincada en Madrid y Barcelona) y Onza Partners (empresa audiovisual madrileña)
  2. Aunque aquí puede discutirse acertadamente si el término ciencia ficción es el adecuado para definir la serie, ya que quizá el traslado temporal a través de puertas responde a un hecho más mágico que no científico. He optado por elegir ciencia ficción por dos hechos: primero, porque el viaje en el tiempo es un tópico muy propio de este género y segundo, para diferenciar esta serie de, por ejemplo, Juego de Tronos, que aúna el género histórico (de estética medieval, aunque sea un mundo inventado) y el fantástico (entiéndase como sinónimo de la acepción inglesa “fantasy”)
  3.  Roma (William J. Mac Donald, Jhon Milius 2005-2007) Penny Dreadful (John Logan, 2014-actualidad) Los Borgia (The Borgias. Neil Jordan, 2011-2013) o Downton Abbey (Julian Fellowes. 2010-actualidad) son sólo algunos ejemplos.
  4.  Tres de las series históricas más exitosas, que no han bajado de los 3 millones de espectadores de media, llegando a los casi 6 millones de Águila Roja.
  5. Compárese el presupuesto de El Ministerio del Tiempo con el de Juego de Tronos, que es de más de 5 millones de euros (6 millones de dólares) por capítulo.
  6.  Personaje creado por Arturo Pérez Reverte, un soldado de los tercios de Flandes del siglo XVII, protagonista de 7 novelas.
  7.  Ambos comentarios en el episodio 1
  8.  Episodio 7
  9. Que el teatro ha aportado grandes actores al cine es innegable. Pero actuar en teatro no es, en muchos aspectos, lo mismo que actuar en cine o TV, y a menudo los dejes teatrales convierten a un buen actor teatral (caso de Blanch, por ejemplo) en un mediocre actor audiovisual.
  10. Como curiosidad comentar que es hijo del actor Sancho Gracia, popular por la serie histórica Curro Jiménez (Joaquín Luis Romero Marchent, Mario Camus. 1976-1978)
  11.  Amelia Folch y su propia muerte, Alonso y la relación con su mujer e hijo, y Julián y la muerte de su esposa, hecho este que tendrá un claro protagonismo en esta primera temporada
  12.  Tensión amorosa sutil y paciente que remite, por ejemplo, a Expediente-X, y que ayudó a hacer de Mulder y Scully personajes especialmente interesantes.
  13. Aunque la serie insinúa que otros países pueden también tener la clave de los viajes en el tiempo (ver capitulo 5), hecho que enriquece la mitología de la serie.
  14.  Y en el que, por cierto, se produce un curioso cameo: La reina Isabel de Castilla, que aparece en este capítulo, es la misma actriz que interpretó a la monarca en la serie Isabel; Michelle Jenner.
  15.  Cierto, en Fringe no es exactamente un viaje en el tiempo, sino a otro universo paralelo, pero sirva como ejemplo el concepto de “línea de tiempo alternativa”
  16. El caso más popular de tópico temporal es la llamada “paradoja del abuelo” presentada en el libro El viajero imprudente (Le voyageur imprudent. René Barjavel, 1943), en que un hombre viaja al pasado y mata su abuelo antes que conozca a su abuela, poniendo en riesgo su propia existencia.
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Comentarios sobre este artículo

  1. roger gonzàlez dice:

    Me gustaría dedicar este artículo a Glòria Lara, con quien compartí la serie y me enseñó, entre otras muchas cosas, perspectiva y humildad respecto a ella. Por todo, muchas gracias.

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