István Szabó

Puntos cardinales y primeros cortometrajes Por Yago Paris

Anticipando un legado

István Szabó pertenece a esa línea de autores cuya filmografía se basa en una constante reformulación de una serie de ideas y obsesiones siempre presentes en cada una de sus películas. En estos casos, lo más habitual suele ser que, dentro de la repetición de ideas, exista una cierta evolución en el enfoque de las mismas con el paso de los años. Así sucede en el caso del autor húngaro. Lo que resulta peculiar es descubrir cómo el realizador ya había cartografiado las líneas maestras y variaciones de su futura filmografía desde sus primeros cortometrajes. Probablemente de manera involuntaria, en tres de sus primeras cintas Szabó expuso cada uno de los bloques diferenciados que en el futuro dividirían su obra. Las temáticas se mantienen constantes: la incapacidad para escapar al destino que la historia depara, y cómo esta afecta a la gente de a pie, a aquella que es víctima, y no creadora, de los sucesos históricos relevantes. Lo que cambia es la aproximación, que permite establecer las tres etapas. Cada una de estas tres aproximaciones aparece en cada uno de los cortos escogidos para el análisis, lo que permitirá que este texto se convierta en una especie de introducción a la filmografía de uno de los autores más influyentes de la historia del cine húngaro.

István Szabó

You (1963)

You (Te, 1963) es el cortometraje que resume la primera etapa del realizador, la que se dio durante los años sesenta, en la que se incluye la trilogía que conforman La edad de las ilusiones (Álmodozások kora, 1965), Padre (Apa, 1966) y Un film de amor (Szerelmesfilm, 1970). Este periodo se caracteriza por tratar temas como la diferencia, o confrontación, entre el ámbito privado y el público en lo que a relaciones personales se refiere —¿qué define una relación cercana? ¿qué permite que una persona acceda al círculo de intimidad de otra?—, con especial atención a la influencia del pasado y la memoria como formadores, reformuladores o incluso inventores de la personalidad del individuo del presente. El filme, que lleva como subtítulo Szerelmesfilm (“film de amor”), no solo anticipa el nombre del trabajo que firmaría siete años después, sino que define con claridad la mirada de la pieza. Obra sin historia y apenas guion, se compone de una serie de conversaciones, que podrían haber sido improvisadas, entre la protagonista y alguien en fuera de campo. Ese alguien es el propio Szabó, y la actriz que sale en pantalla, Cecília Esztergályos, era la pareja del cineasta por aquel entonces. La película, por tanto, se establece como una carta de amor hacia su pareja.

El inicio de la cinta ya reflexiona sobre el concepto de retrato, al recopilar toda una serie de pinturas, desde el antiguo Egipto hasta la actualidad, donde se sugiere que dichas imágenes se han creado por el mismo motivo por el que Szabó ha filmado esta película. A su vez, el relato se divide en dos vertientes: el espacio público y el privado. En el privado, una Cecília desnuda, bajo las sábanas de la cama, dialoga con su pareja sobre diferentes temas, desde los sueños hasta el acto de mirar. En el público se muestra cómo la mujer se desenvuelve, lo que da lugar indirectamente a una exploración de la ciudad de Budapest, uno de los personajes fundamentales de la filmografía del director. En la primera conversación, el personaje de Szabó explica que lo que le apasiona de ella, o de observar a la mujer que se ama, es el movimiento. Así, pues, dedica todo el metraje que tiene lugar en exteriores a filmar a su pareja en movimiento, en un sinfín de actividades cotidianas —pasear, tomar un helado, descansar, tomar el sol, viajar en transporte público, etc.— y mediante el uso de múltiples aproximaciones visuales —cámara rápida y lenta, ángulos picados y contrapicados, planos generales, planos medios, primeros planos, imágenes fijas, etc. Se echa en falta una mayor influencia del componente histórico, pues, como se puede observar en los largometrajes pertenecientes a esta primera etapa, el interés no solo se deposita en la creación de los círculos de amistad, sino en cómo el destino, la historia, los condiciona, los somete a tensión e incluso los imposibilita. El cortometraje, por tanto, se define como una carta de amor a la actriz, y, como tal, no trasciende el divertimento formal.

István Szabó

Concert (1962)

La esencia de la segunda etapa, que corresponde a la de los años setenta, se recoge en Concert (Koncert, 1962). Cinta sin diálogos y escasa trama, el objetivo de Szabó es retratar el entorno donde se gestan las citadas relaciones personales, es decir, el espacio público que rodea al privado. La historia narra cómo un grupo de desconocidos se reúnen en torno a un piano que ha quedado abandonado a orillas del Danubio a la altura de Budapest y forman una especie de comunidad. Cuando, repentinamente, una tromba de agua sacude el entorno, las personas deciden proteger al piano, símbolo de la unión que han establecido. Más que en el cortometraje anteriormente analizado, la ciudad de Budapest cobra gran protagonismo, convirtiéndose en el único personaje con cierta entidad, a diferencia de los actores, que difícilmente se podrían considerar que encarnan a verdaderos personajes, a tenor de su inexistente desarrollo como tales. Esta idea puede encontrarse en la parte inicial, cuando unos chicos tratan de verse reflejados en el espejo y lo que aparecen son diferentes perspectivas de la ciudad, lo que podría interpretarse como una manera de sugerir que ellos son la ciudad y que la ciudad es ellos, con toda la red de influencias entre ambos que ello conlleva. De esta manera se enfatiza en la idea de la ciudad como el marco en el que transcurre la vida, el contexto que la permite o la condiciona, y no tanto en las relaciones personales que se establecen en ella.

Szabó utiliza toda una serie de actores, todos ellos caracterizados como personas de clase media, que se reúnen en torno a un objeto que encaja a la perfección en dicho estrato social, como lo es el piano. Símbolo de cultura, familia, pasado, lugar privado, este instrumento se utiliza como catalizador de las dinámicas de grupo, de la construcción de la comunidad, un recurso que se explotará en los diferentes largometrajes de los años setenta —especial mención a Budapest Tales (Budapesti mesék, 1977). En esta línea de contextualización social, la lluvia que acontecede en el tramo final se puede entender como la acción de la historia, ese ente que condiciona a la sociedad, a juicio de Szabó, siempre para mal. Ese destino aciago, que amenaza con fracturar la comunidad formada, golpea con furia al piano, pero el grupo, aun a sabiendas de lo poco que pueden hacer para salvar el instrumento, cumplen con su parte. Así, uno a uno, varios de los personajes colocan sus abrigos sobre el piano, tratando, en vano, de protegerlo, y posteriormente lo trasladan en busca de un refugio. Poco se puede hacer cuando el destino golpea, pero siempre queda alguna opción.

István Szabó

Variations on a Theme (1964)

El tercer ejemplo a analizar corresponde al resto de su filmografía, aquella que se empezó a desarrollar a partir de los años ochenta, siendo los ejemplos más emblemáticos de esta nueva línea Mephisto (1981) o Coronel Redl (Redl ezredes, 1984). El cine de István Szabó siempre ha retratado la historia como un ente maligno que solo causa dolor a la población. Por lo tanto, una manera lógica, la más recomendable, consiste en esconderse lo máximo posible de su influencia, y, especialmente, jamás formar de ella de manera activa. La ideología descrita es la que muestra su cine en sus dos primeras etapas. Sin embargo, esto levanta una serie de cuestiones morales sobre la labor del individuo con respecto a la comunidad. Borrarse del mapa es una buena estrategia para tratar de sobrevivir a la historia, pero también es una manera de abrirle las puertas a todo tipo de acciones políticas. Si no le plantamos cara al destino y a las personas con poder que lo manejan, ¿cómo podemos esperar que la historia no nos afecte y amenace con destruir nuestras vidas? Szabó, por tanto, cuestiona su propio modelo de representación histórica y se enfrenta al abismo de la responsabilidad ciudadana en la construcción del pasado.

Todas estas ideas se condensan en Variations on a Theme (Variációk egy témára, 1964). De nuevo sin verdaderos personajes y escuálida trama, su planteamiento vuelve a optar por el simbolismo para representar los subtextos. La acción tiene lugar en la terraza de una cafetería, donde varios grupos de personas disfrutan de una agradable tarde soleada. De fondo suena un artista callejero, que toca jazz con su saxofón. La melodía invade la escena y todo parece idílico, hasta que, de repente, algo falla en el instrumento, deteniendo la música. Este parón, de corta duración, permite la entrada de un nuevo tipo de sonido: lo que se intuye que es una marcha militar. El sonido es cada vez más fuerte, y aunque el músico vuelve a tocar, ya no es capaz de imponerse a la sonoridad del batallón. La clave de la acción se coloca, no obstante, en cómo las personas de la terraza reaccionan a dicho sonido. Unos comienzan a seguir el ritmo de los pasos desde el principio. Otros, más adelante. A algunos les provoca parálisis y a otros los activa, pero ninguno parece ser consciente de lo que verdaderamente está sucediendo, como si estuvieran cegados ante la realidad —lo que se representa mediante el hecho de que los actores lleven gafas de sol.

De manera simbólica, Szabó contrapone el arte —el jazz— a las decisiones políticas que han marcado la historia reciente de Hungría —la marcha militar. Se trata del humanismo tradicional, que el autor considera la mejor arma para combatir el radicalismo militar, como si sugiriese que, cuando la cultura es el motor de la sociedad, no hay posibilidad de que ocurran atrocidades. Pero, para que eso sea posible, nunca se puede bajar la guardia, y lo que este cortometraje sugiere es, precisamente, qué ocurre cuando la sociedad vive de espaldas a la realidad, en una burbuja de confort, sin verdadera implicación política; es decir, el tipo de personajes que caracterizarán las dos primeras etapas de su cine. Vivir escapando de la historia puede ser la única manera de sobrevivir, pero existe un conflicto moral evidente al hacerlo. En última instancia, uno de los personajes de Variations on a Theme se quita las gafas, en un gesto que se puede interpretar como la toma de conciencia de la situación política que se está viviendo. Con este gesto, Szabó parece querer transmitir lo infructuoso de dicho acto cuando ya es demasiado tarde para hacer algo al respecto.

Rodados con un estilo influido por las nuevas olas de modernismo, en especial la Nouvelle Vague, You, Concert y Variations on a Theme son tres piezas que describen con brillante elocuencia lo que posteriormente daría de sí la obra completa de István Szabó. Con cierto radicalismo formal por bandera, las tres piezas, no obstante, anclan su puesta en escena en unas raíces subtextuales de hondo calado. Temáticas como el destino y la historia, y cómo comportarse ante estos, son la clave para entender el cine del director magiar. Unas inquietudes morales que, como se puede observar en esta selección de obras, han dado forma al conjunto de su filmografía incluso desde antes de que István Szabó finalizase sus estudios de cine en la Universidad de Artes del Teatro y el Cine de Budapest.

 You :

Concert :

Share this:
Share this page via Email Share this page via Stumble Upon Share this page via Digg this Share this page via Facebook Share this page via Twitter

Comenta este artículo

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>