Las películas destacables del 2013
Por VV.AA
Aprendió a pensar pero no supo ya volar, porque había perdido el amor al vuelo y no hacía más que recordar los tiempos en los que volaba sin esfuerzo.
Como el año pasado, volvemos a seleccionar las películas que más nos han llamado la atención en el 2013 cinematográfico. En esta ocasión hemos tenido en cuenta cualquier tipo de estreno comercial, ya sea en cines o en lanzamiento directo de DVD/VOD. Excluimos el visionado único en festivales por la sencilla razón que no todo los participantes pueden visitarlos con la asiduidad que otros sí lo hacemos. El espíritu de esta lista es configurar una especie de catálogo en el que todos formamos parte. ¿En qué puntos, energías y sentimientos nos encontramos cada uno con su individualidad, su mirada y su sensibilidad? Y cómo eso acaba proyectándose en la web, dando algo al lector en el que todos somos partícipes. En consecuencia, me gusta pensarla como una bonita ilustración de lo que fue el año 2013 en Cine Divergente.
A la lista final han contribuido, aparte de servidor, Aarón Rodríguez, Arantxa Acosta, Belén Sagredo, Christian G. Carlos, Fernando Solla, Jose Cabello, Laura del Moral, Marco Antonio Núñez y Pablo S. Blasco. A todos ellos infinitas gracias por haber sido tan generosos con nosotros. También a los que han declinado participar pero han dejado su impronta en nuestra web. Y como somos gente que nos gusta siempre mirar hacia el futuro, nuestro agradecimiento especial a aquellos que continúen en nuestra compañía.
Y quizás sea un reflexión excesivamente personal, pero me parece avistar que Las películas destacables del 2013 parecen establecer un diálogo entre ellas. He querido preguntarme qué nos dicen respecto al 2013, cinematográficamente hablando. Es como si estuviésemos en un permanente día de resaca. Ha estado muy patente lo dionisiaco, el despilfarro y lo frívolo como sustancia en la que los personajes han navegado, no siempre con fortuna. La fiesta y su reverso oscuro, el vacío revelado entre el exceso. Así encuentran un vínculo común films tan diferentes como La gran belleza, Spring Breakers y El gran Gatsby. En realidad, frente a la plasmación gráfica de cualquier veleidad ahogada en lo festivo con tono elefantiásico, los films exploraban algo que se ha perdido, algo oculto como una especie de sortilegio. Las máscaras sociales de lo maravilloso perdían poco a poco sus colores chillones para ir desnudándose. En esa sustracción poco a poco el espectador se iba encontrando con lo sublime, esa gran belleza de Sorrentino o el amor secreto de Gatsby. Aunque podía darse el efecto contrario y toparnos con un progresivo descenso a los infiernos como en Spring Breakers o en Sólo Dios perdona. Así, los personajes efectúan una especie de viaje iniciático que no es más que una forma de retorno. Pero sin tener muy claro cuál es nuestro destino, por mucho que los films configuran cierto fatum ineludible y predeterminado (también patente en La vida de Adèle o Amor en el ámbito de las relaciones amorosas marcadas por un final trágico). Parecen decirnos lo perdidos que estábamos en tiempos de bonanza y felicidad frente al triste panorama que vivimos en la actualidad.
Sin embargo, otros films han preferido prescindir de estos océanos de lo fatuo y profundizar y concentrarse en aquello que nos sustenta, nuestras relaciones afectivas y nuestra constitución como seres que amamos. Quizás con demasiada intensidad, un fuego en nuestras yemas que encuentra lo erótico como energía incendiaria. La de La vida de Adèle, claro. ¿Pero no hay un erotismo pirómano en la relación latente que se describe en The Master y Sólo Dios perdona? Por no hablar de la grotesca y pornográfica relación erótica que establecen los sádicos villanos de The Act of Killing con la violencia. Y los resultados son previsibles, la tragedia con su aros infaustos. Las muertes acumuladas en la ¿conciencia? de The Act of Killing, pero también el acto de amor final de Amor, como ilustrativos ejemplos.
En este yermo marasmo de profunda desazón, una nota positiva, siempre tiene que existir entre tanta desdicha, la de Tú y yo, que explora también las rutas de iniciación y la consolidación de los afectos, pero para encontrar lo mejor de nosotros mismos. Esa incorpórea esencia de la naturaleza humana, que yo, iluso, creo encontrar aquí, en el encuentro con el Otro. ¿Merece la pena tanto sufrimiento?
Esa forma de transpirar la aflicción en espacios fantasmagóricos y tenebristas como los de Sólo Dios perdona o Érase una vez en Anatolia. O ese espacio urbano hipnótico y alucinado cuando se cierne la noche en las dos citadas, junto a Spring Breakers o La gran belleza nos llevan a largometrajes que han escapado de la dictadura de la palabra, del guión escrito. Y han basado su vehemencia y su poderío a través de la fuerza en bruto de la imagen. Puestas en escenas apabullantes y absorbentes las de The Master, Sólo Dios perdona, Érase una vez en Anatolia, La gran belleza o Spring Breakers, que en los casos de Paul Thomas Anderson, Nicholas Winding Refn, Paolo Sorrentino o Nuri Bilge Ceylan (o el emotivo retorno de Bertolucci), directores estimadísimos en esta web, con sus últimos largometrajes han hecho revalidar nuestra adhesión por estos creadores que han saltado sin red y que han sido profundamente honestos con su lugar como autores con un universo propio, al que han expandido con gran fuerza y vigor. Nuestro reconocimiento, patente en esta lista. Y voy a negar la cita de Hemingway, que se puede aplicar a lo desarrollado en algunos de los films convocados (mi querido Gep por ejemplo), pero que en nuestro caso, por la forma en que nos han hecho pensar no hemos perdido el vuelo. Al contrario, hemos sido conscientes más que nunca de lo que nos proporciona el cine cuando se consolida de esta forma. 10 apuestas heterogéneas, 10 formas de amar el cine. Y 10 formas de volar.
Sólo dios perdona
Sólo Dios perdona seguramente sea la película del año. Con toda certeza será la más incomprendida, la que más rechazo o adhesión incondicional provocará. Y ello será en virtud de una radicalidad estética y honestidad artística, que la alejan de toda medianía y la citan con otros grandes títulos del milenio, igualmente polémicos, igualmente soberbios (Lynch, Von Trier, Noé, Carax, Bonello).
La gran belleza
La Gran Belleza es el territorio del tiempo perdido, de la inactividad gozosa, la incitación y las paradojas de una vida dirigida a lo imprevisto, o de otra definida por la monotonía y la repetición… Que acaso puedan ser la misma. Una oda, un lamento, un aria de hastío romántico en donde hay lugar para la extravagancia moderna, un retrato épico de un hombre y una ciudad, elegante, provocativa, hermosa, divertida y una grande tristeza. El amor, el sexo, la muerte, el arte, la soledad, la reflexión, emergen de las profundidades de esa Roma que se perfila al mismo tiempo grandilocuente y mundana.
Spring Breakers
Spring Breakers labra un estado narcótico y de ensoñación alucinatoria, porque el film se enclava en nuestro presente más inmediato al sustentarse bajo el postulado de la música electrónica. Pocos films rigen su médula por el componente sonoro como lo hace el film de Korine.
Amor
Amor debería haberse llamado Tabú, porque la muerte es el término que más veces podemos repetir sin mencionarlo. Y no solo no la mencionamos sino que evitamos pensar en ella, no sea que, sin pretenderlo, la llamemos y acuda a nuestra presencia.
The Master
De animales y personas. De personas que se creen dioses, y de dioses que se creen animales antes que personas. Paul Thomas Anderson consigue con The Master lo que parecía imposible: firmar una nueva obra maestra, tan inquietante, sorprendente e incisiva como su anterior Pozos de Ambición, pero profundizando aún más, si cabe, en sus personajes.
The Act of Killing
La compleja singularidad del proyecto erige a The Act of Killing con un doble propósito; por una parte como documental de ficción, pero también como una ficción documental, compartiendo ambas facciones igual grado de trascendencia para la edificación final de la crónica. El quid radica en diferenciar la actuación de los bárbaros durante la persecución de comunistas, lo llamado documental de la ficción, de aquello que el espectador percibe dimanado de los actos propiamente representados y que involuntariamente rasga la atmósfera cuestionando la brutalidad de los hechos, mudando así hacia una ficción de base documental
La vida de Adèle
Su puesta en escena decide fijar como medida el primerísimo plano mientras, en paralelo, extiende el tiempo de la película, que podría fluir indefinidamente, así como el tiempo de la escena, siempre más allá del concepto académico de “escena”. La película se convierte, de esta manera, en una afirmación de la materia, del movimiento de lo físico, como principal elemento comunicativo de la imagen.
Érase una vez en Anatolia
Érase una vez en Anatolia es una obra que crece y crece después de su visionado. Sus personajes y el misterio que éstos acarrean persigue a aquel que se ha sumergido en la intensidad de sus imágenes. Si es que la película termina, muere en nosotros; el relato no se cierra y la trama nunca se acaba de desvelar. Todos ellos sobreviven más allá del fundido en negro.
Tú y yo
Tú y yo es el voluntarioso gesto del retorno, de volver a los principios. No se trata desabrir el camino transitado por Bertolucci sino de aprehender desde esta obra de cámara la intensidad de hacer cine, volver a aquellos sueños de los agitados años 60 y 70 y volver a hablar de los sentimientos en su más llana, directa y profunda sensación.
El gran Gatsby
En El gran Gatsby, a pesar del efervescente y atiborrado desenfreno e inevitable drama, lo que prima es la ilusión y la esperanza, en respuesta (o completando) los cuatro ideales bohemios de Moulin Rouge: Freedom, Beauty, Truth and Love.
Listas individuales:
Arantxa Acosta
Sólo Dios perdona
Spring Breakers
The Master
Blue Valentine
Cruce de caminos
To the Wonder
El gran Gatsby
Stoker
El atlas de las nubes
Laurence Anyways
Manu Argüelles
La gran belleza
Weekend
Spring Breakers
The Ballad of Genesis and Lady Jaye
Tú y yo
Sólo Dios perdona
Las ventajas de ser un marginado
Stoker
The Lords of Salem
El chico del periódico
Aarón Rodríguez
El gran Gatsby
Sólo Dios perdona
Spring Breakers
Mapa
The Lords of Salem
The Act of Killing
Django desencadenado
Searching for the Sugar Man
Lincoln
Expediente Warren: The Conjuring
The Lords of Salem
Belén Sagredo
La vida de Adèle
Antes del anochecer
Amor
The Master
Spring Breakers
Érase una vez en Anatolia
La caza
Synecdoche New York
Gloria
No
La caza
Christian G. Carlos
Érase una vez en Anatolia
Paraíso: Amor
La vida de Adèle
La gran belleza
Doce años de esclavitud
Wolf Children
Tú y yo
The Act of Killing
La espuma de los días
Prisioneros
Paraíso: Amor
Fernando Solla
Sólo Dios perdona
La gran belleza
Prisioneros
Cruce de caminos
Blue Jasmine
El gran Gatsby
Much ado about nothing
Weekend
Dolor y dinero
Prisioneros
Jose Cabello
La gran belleza
La plaga
Bestias del sur salvaje
Amor
La bicicleta verde
Ayer no termina nunca
Ilusión
De jueves a domingo
Searching for the Sugar Man
El muerto y ser feliz
La plaga
Laura del Moral
Tú y yo
La gran belleza
Érase una vez en Anatolia
Camille Claudel 1915
Blue Jasmine
Sólo Dios perdona
To the Wonder
Mud
Doce años de esclavitud
Bestias del sur salvaje
Camille Claudel 1915
Marco Antonio Núñez
The Master
Amor
Sólo Dios perdona
Tabú
The Act of Killing
Antes del anochecer
Django desencadenado
The Lords of Salem
Mud
Spring Breakers
Tabú
Pablo S. Blasco
The Master
La vida de Adèle
Tabú
The Act of Killing
Spring Breakers
The Ballad of Genesis and Lady Jaye
Amor
Después de Mayo
La noche más oscura
Antes del anochecer
The Ballad of Genesis and Lady Jaye
Samuel Sebastian
The Act of Killing
The Arbor
Crulic, camino al más allá
La piedra de la paciencia
Synecdoche New York
Amor
To the Wonder
The East
El impostor
La caza
To the Wonder