Los primeros «Frankensteins» de la historia del cine

De Shelley a Whale Por Eduard Grañana

IT’S LIFE!

Frankenstein; ou le promethée moderne (1821)

Puede resultar curioso, y a la vez decepcionante para los amantes de la criatura salida de la mente de Mary Shelley aquel verano de 1816, que la primera referencia de Frankenstein en la historia del cine, y que respondía al título de Frankenstein’s Trestle, nada tiene que ver con la famosa novela de la escritora inglesa. El film, de unos pocos minutos de duración, corresponde a una grabación dirigida en agosto de 1899 por Wallace MacCutcheon y donde se muestra el paso de un tren por la garganta más profunda de White Mountain. Tendrían que pasar otros once años para que la verdadera criatura creada por Mary Shelley y, de forma ficticia, por el Doctor Frankenstein, se puediese ver reflejada en una pantalla de cine. Ocurriría, exactamente, un 18 de marzo de 1910.

 Frankenstein 1910

Frankenstein (1910)

Pero antes de que esto ocurriera, y durante la casi centuria que separa la primera edición de Frankenstein o el moderno Prometeo y el estreno de su primera adaptación cinematográfica, la criatura llamada popularmente como su creador, estuvo muy presente en la vida cultural occidental, ya fuese a través de otros relatos, ya fuese encima de los escenarios. Toda una autoridad en el tema, como es Steven Earl Forry, ha llegado a catalogar casi una veintena de producciones teatrales inspiradas en esta obra, entre los años 1821 y 1887, la primera de ellas, titulada Frankenstein; ou le promethée moderne, estrenada tan solo dos años después de que la novela viera la luz. Pero no sería hasta el verano de 1823, la aparición del que podríamos considerar el primer éxito teatral de la la historia de Shelley. Bajo el título de Presumption; or the fate of Frankenstein, la obra fue estranado un 28 de julio por el dramaturgo Richard Brinsley Peake en el English Opera House. La obra de Peake logró mantenerse en los escenarios durante tres meses, pero con la introducción de diversos cambios en la trama original perduró, al menos, hasta la década de los cincuenta del siglo XIX. Un éxito que no solo repercutió en la fama del dramaturgo sino también en la propia novela de Shelley, que vio nacer su segunda edición a raíz de este éxito.

La liberación de aquella criatura de las páginas de Shelley se tradujo en multitud de éxitos teatrales, como aquellos ya mencionados, y muchos otros representados a lo largo del siglo XIX, especialmente durante la década de los veinte, decenio prodigioso para las representaciones teatrales inspiradas en esta criatura. De esta forma, otro dramaturgo que contribuyó a ello fue Henry M. Milner, autor de dos obras durante esta década. Según parece, fue en la segunda, titulada Frankenstein; or the man and the monster y estrenada el 3 de Julio de 1826 en el Royal Coburg Theatre, donde el autor pone en boca de Frankenstein por primera vez la famosa frase que tantos Frankensteins repetirían a partir de ahora en las diferentes versiones tras ver a su creación vivir: It’s life!

Pero como pasaría en la historia del cine, el Frankenstein teatral decimonónico también se adaptaría a musicales y comedias. Casi cien años antes de The Rocky Horror Picture Show (Jim Sharman, 1975) o de la comedia de Mel Brooks, El jovencito Frankenstein (Young Frankenstein, 1974), ya encontramos musicales y comedias inspiradas en la historia de Frankenstein. Frankenstein; or the Vampires Victims, una obra de 1887 de Richard Butler y Henry Chance Newton o Frankenstein; or The model Man (W. y R. Brought, 1849) corresponden a un musical y una burlesque respectivamente, inspirados en la Criatura de Shelley y que demuestran que su paso del terror al mundo humorístico no se lo debemos exclusivamente al cine.

 Frankenstein; or The model Man

Frankenstein; or The model Man (W. y R. Brought, 1849)

Pero si hay una representación teatral que la historia del cine no puede obviar, esta es la obra titulada Frankenstein; An adventure in the Macabre, creada por Peggy Webling en 1927. Los derechos de esta obra serían comprados por la Universal por 20 000 dólares, más un uno por ciento de los beneficios brutos, con la intención de la productora de llevar a la gran pantalla la obra de Shelley tras el gran éxito que la Universal había cosechado con otro clásico de la literatura, Drácula (Dracula, Tod Browning, 1931). El resultado de esta compra es por todos conocidos, el nacimiento del clásico dirigido por James Whale, El doctor Frankenstein (Frankenstein, 1931) y el nacimiento también, de un icono de nuestro cultura, la criatura diseñada por Jack Pierce.

Pero no avancemos tan rápido y retrocedamos unas cuantas décadas, concretamente hasta 1910, año en que una criatura, que la cultura popular terminó llamándola por el nombre de su creador, apareció por primera vez reflejada en una pantalla de cine. Fue un viernes, 18 de marzo de 1910, el día que los espectadores vieron en la gran pantalla a la criatura creada por Frankenstein.

EL FRANKENSTEIN DE EDISON

Frankenstein (1910)

Hasta la década de los setenta, la versión cinematográfica de Frankenstein más primitiva que un espectador podía ver, no era otra que la dirigida por James Whale en 1931. Las tres versiones del periodo silencioso, precisamente las tres primeras, se daban por desaparecidas. No fue hasta la década de los setenta, que la primera versión cinematográfica de la novela de Shelley, un cortometraje dirigido por J. Searle Dawley en 1910 titulado Frankenstein, fue encontrado en la colección privada de Alois F. Dettlaff. Producido por Thomas Alva Edison, hecho por el cual muchos conocen este film como el Frankenstein de Edison, tras su reaparición y restauración, el film se puso de nuevo delante del público casi ocho décadas después, concretamente en 1993. Para muchos teóricos e historiadores, el hallazgo de la película de Dawley, es todo un hito para la reconstrucción de la historia de la cinematografía, no solo por el hecho de corresponder a la primera versión dedicada a Frankenstein, sino por encontrarnos delante del primer film estadounidense del género de terror 1.

Realizada el 18 de mayo de 1910 en los estudios de Edison de Nueva York, el reparto principal del film lo formaban Augustus Phillips en el papel del Doctor Frankenstein y Charles Ogle como la Criatura, el cual, según aseguran algunas fuentes, era él mismo el que se aplicaba el maquillaje.

 frankenstein1910

Frankenstein (1910)

La crítica de la época alabó la eliminación de las escenas de las situaciones repulsivas y el hecho que el film se centrara en los elementos místicos y psicológicos de la novela 2. Una crítica, que como espectadores acostumbrados a los frankensteins dirigidos por Whale e incluso por Fisher, nos puede llegar a sorprender tras visualizar algunos momentos del film. Nos referimos, por ejemplo, a la presencia de la propia criatura o al momento en que esta es creada. Así, el personaje interpretado por Ogle, se nos muestra como un ser grotesco y mucho más monstruoso que sus sucesores, una criatura que la mítica revista Famous Monster describió, con cierta ironía, como un ser que mezclaba elementos de Nosferatu y Quasimodo y con un pelo que habría ganado el primer premio de un desfile hippie 3. También sorprende el momento de la creación donde el monstruo parece renacer del fuego, un efecto que el director consiguió, seguramente, quemando un muñeco e invirtiendo las imágenes, logrando, de esta forma, un efecto mas escalofriante que el renacimiento de sus sucesores.

Es muy seguro que el espectador actual, teniendo una imagen de la Criatura y de su creación tan estereotipada, se sorprenda de aquel primitivo monstruo. Pero los primeros espectadores que visionaron aquel corto, muy probablemente, no tenían ninguna imagen preconcebida de la Criatura, ni tan siquiera posiblemente eran conocedores de las formas que los dramaturgos utilizaron para representar a este ser en los teatros. Por eso al ver este film hoy en día, visionado por otra parte muy recomendable para los amantes del cine, se ha de hacer eleminando de nuestra mente cualquier prejucio y, a ser posible, olvidarnos de aquella Criatura interpretada por Boris Karloff.

EL SUEÑO DE WILLIAM FRAWEY.

Life without soul (1915)

Joseph W. Smiley, dirigió en 1915 la segunda versión cinematográfica de la novela de Mary Shelley bajo el título Life without soul, una película, por desgracia, desaparecida actualmente. Producida y distribuida por la compañia estadounidense Ocean contó con un gran número de actores entre los que se encontraba William A. Cohill, que dio vida a William Frawley, el álter ego del doctor Frankenstein; Percy Darrell Standing, interpretando a lo que en este film se conoce como «La Criatura» y también destacable es la presencia de la reconocida actriz del periodo silencioso, Pauline Curley.

El film sigue el guión del que fue vicepresidente y gerente general de la productora, Jesse J.Goldburg, inspirado en la propia novela de Shelley, pero introduciendo elementos novedosos, como el traslado de la acción a los Estados Unidos donde al parecer, se podian apreciar exteriores de Florida, Jacksonville, Georgia o el norte de Nueva York 4. A diferencia de la versión que le sucede, existe suficiente información para hacer una aproximación de lo que fue este film 5. Una sinopsis realizada por el AFI Catalog of Feature Film 6, por ejemplo, nos puede aportar una idea aproximada de lo que fue esta obra hoy desaparecida:

Victor Frawley, un joven científico entusiasta, anuncia a su novia, Elizabeth Lavenza, el descubrimiento de la «química de la vida». Prevenido por su familia y amigos de los peligros de su invención, Victor se queda dormido mientras lee la obra de Mary Shelley, Frankenstein, y sueña la historia de la novela, como él mismo de protagonista. Utilizando su fluido regenerativo, Víctor crea una nueva raza de hombre invencible pero sin alma, cuya brutalidad asusta incluso a su creador. Con su vida amenazada, Víctor crea un monstruo tras la insisténcia de su «hijo». Temiendo las consecuencias de la unió de esta pareja, Victor destruye el compañero, provocando la ira del solitario monstruo, quien asesina a Elizabeth y, finalmente, conduce a Victor a su propia muerte. El sueño finaliza, Victor despierta agradecido de la vida y decidido a destruir su fluído.

Realmente Smiley y Goldburg plantearon la historia de una forma muy original al hacer, no solo que la trama transcurriera en un realidad paralela, es decir en los sueños del protagonista, sino también que en estas vivencias oníricas Frawley se convirtiese en el protagonista de la novela que inspira el film. La crítica de la época alabó este elemento pero no por su originalidad, sino porque la presencia de un prólogo y un epílogo que alivia lo horripilante de la acción sean los únicos momentos de la historia que transcurren fuera de la experiencia onírica. Es decir, las acciones violentas del film quedan minimizadas, según la crítica, por el solo hecho de ser vividas en un mundo irreal.

Otro elemento que nos puede resultar original y curioso en este film es la presencia de la química de la vida de la que nos habla la sinopsis del AFI, como el elemento que convertirá un cuerpo muerto en un superhombre. Posiblemente nos encontramos ante una expresión figurada, pero, ¿por qué no imaginar ante la falta de pruebas, que el elemento que trae la vida a la criatura no es la electricidad como en la mayoría de las versiones, sino un elemento químico?

Dejando atrás las especulaciones, sí que podemos extraer de este film datos más concretos a través de fuentes primarias, que enriquecerán la sinopsis propuesta por el AFI. Así, una crítica del 11 de diciembre de 1915 de la revista Motion Picture News 7 añade, como un elemento que no se encuentra en la sinopsis que hemos tomado como base, la muerte de un amigo del protagonista por parte de la criatura, muy posiblemente se refiera la revista al personaje Henry Claridge (Jack Hopkins). No es la única «novedad» con la que engordar nuestro resumen inicial. J.T. Soiter, a través de una fantástica obra dedicada al cine de la época silente norteamericana 8, aporta datos procedentes de The moving picture word del mes de noviembre de 1915, donde el medio asegura que en el film podemos apreciar la voladura de la cara de una montaña, provocando el deslizamiento de tierra, que provoca a su vez el bloqueo de una cueva donde la Criatura se encuentra refugiada o la lucha entre este monstruo sin alma y la tripulación de una goleta de tres mástiles, donde la Criatura consigue precipitar toda la tripulación por la borda.

Con todas estas aportaciones, uno puede llegarse a imaginar un film más cercano a la obra de Shelley en la escencia, que en la propia acción. Pero sin duda, lo que uno no puede obviar es la originalidad que Smiley y Goldburg aportaron a la historia inicial, una originalidad que queda reflejada, al menos, en una de las pocas imágenes que se han conservado del film, y donde se ve a la Criatura en lo que parece una playa o un desierto. Sin duda, un paraje extraño para una criatura como esta.

 lifewithoutsoul

Life without soul (1915)

CUANDO SANSON SE TRANSFORMÓ EN FRANKENSTEIN

Il mostro di Frankenstein (1920)

Poco se sabe de la tercera versión cinematográfica de la obra de Shelley. Actualmente desaparecida, la obra fue dirigida en 1920 por Eugenio Testa bajo el título Il mostro di Frankenstein y exhibida por primera vez en 1921 en Roma. Considerada también por los historiadores de cine como la primera y única película de terror del periodo mudo del cine italiano 9, apenas existen referentes bibliográficos acerca del film e, incluso, en muchas obras dedicadas al monstruo cinematográfico, esta versión es ignorada. Solo unos pocos autores han aportado pequeños, aunque importantes datos sobre la película, como Kris Hirschman 10 que asegura que en el film, como sucede también en la novela y en otras muchas versiones, existe la confrontación directa entre el monstruo y su creador. También la presencia de algunas supuestas imágenes de la película nos puede acercar al aspecto físico de la criatura que interpretó Umberto Guarracino, mostrándolo como un personaje alto, musculoso, robusto y sin aparentes rasgos de la intervención quirúrgica. Sorprende, por otra parte, una sinopsis que Julio Castelló nos hace del film en su libro dedicado a esta figura 11. En el resumen que Castelló realiza de esta tercera versión nos ofrece datos como la lucha de entre el monstruo y su creador, como también lo hizo Hirschman, o la utilización de la química como catalizadora de la reanimación, algo que nosotros nos hemos atrevido a sugerir en la versión de Smiley. Pero Castelló va mucho mas allá y nos habla de un enfrentamiento entre Sanson, el personaje bíblico, y Frankenstein, un hecho, que de ser cierto, colocaría el film, por su originalidad, a la altura de la producción japonesa Furankenshutain tai Baragon (Ishirô Honda, 1965) donde la criatura creada, en este caso por la radiación y los científicos japoneses, se enfrenta con el mítico Godzilla. Castelló, sin embargo, advierte que en el film italiano, el personaje del monstruo es interpreatdo por un actor anónimo, que según los títulos de créditos, responden a las iniciales U.S. Posiblemente Castelló se confunde al hacer este breve resumen, con algunas de las muchas películas de la serie de Sanson que Alberti interpretó entre 1918 y 1920.

FOTO 2

 Il mostro di Frankenstein (1920)

El productor del film, Luciano Albertini, que interpretó también al Barón Frankenstein, contaba con una serie de actores fieles que ya habian colaborado antes de este film o colaboraron posteriormente, entre los que se encontraban su esposa Linda Albertini, que en el film interpetró a Elizabeth, el propio Guarracino y Aldo Mezzanotte. Acróbata en el mundo del circo, amante del culturismo y intérprete del Sanson, uno no puede llegar a extrañarse que este productor introdujera en esta versión italiana de Frankenstein, ciertos elementos propios de la serie de Sanson, incluso posiblmente contuviese alguna escena de lucha grecorromana, como Castelló asegura.

Poco más podemos decir de esta película sin caer en las especulaciones, sin embargo, con el propósito de hacer justicia, tendríamos que añadir, que aunque se considera por algunos como un corto, como por ejemplo lo hace la base de datos de internet imdb, posiblemente Albertini y Testa realizaron un film de larga duración, que sin embargo, la censura, se encargó de mutilarlo, reduciéndolo a 39 minutos de duración 12.

 

  1. Vuckovic, Jovanka (2013). Vuckovic’s Horror Miscellany: Stories• Facts • Tales & Trivia. Illex Press.
  2.  Frayling, C (2005). Mad, Bad and Dangerous?: The Scientist and the Cinema. Ed. Reaktion Books. Londres.
  3. Famous Monster: The Shelleystein creature is alive and…well? In just about Everywhere! Marzo nº 63
  4.  Ocean film company finishes «Life without soul». Motion pictures New. Vol 12 No 21 pag. 87. 27 Noviembre de 1915.
  5.  Una afirmación esta, que realmente busca transmitir más mi autoengaño al quien lo lea que afirmar un hecho claramente falso y es que ¿puede suplantar toda la información del mundo sobre un film, la ausencia de este?
  6.  http://www.afi.com/members/catalog/DetailView.aspx?s=1&Movie=16531
  7.  Life withou soul. Motion pictures New. Vol. 12 nº 23 11 december 1915 by Peter Milne.
  8. Soister, John T.(2012). American silent horror, science fiction and fantasy freature films (1913-1929) Ed. McMafarland. Jefferson
  9. Bondanella, Peter (2009). A History of Italian Cinema. Ed. Continnum. Nueva York
  10. Hirschmann, Kris (2012). Frankenstein. Ed.Reference Point Press. San Diego
  11. Castelló, Julio (1995). Cien años de Frankenstein. Ed. Royal Books. Barcelona
  12. Conteiro, Martyn (2015). Black Sunday. Ed. Columbia University Press. Leighton Buzzard
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