Luna en Brasil (Flores raras)
Ni come, ni comer deja Por Jose Cabello
¿Y si cambio de idea sobre ti? ¿Y si cambio de idea sobre lo nuestro? Y cambio de idea sobre ti. Y al final mi idea es blanca y negra, y es un parpadeo fluorescente,y mi cabeza la cocina.
Conocer a alguien. Quedar un día. Quedar dos. Una tarde. Desayunar juntos. Seguir conociendo. No somos nada. Otra tarde. Otra mañana. Almuerzos en bucle. Dormir juntos. Despertar juntos. Seguimos siendo nada. O somos algo. Cena. Cine. Casa. Viajes. Sexo. Creo que somos algo. No pienso y no somos nada. Miedo. Inseguridad. Tiempo. ¿Qué somos?
El miedo a definir nuestras relaciones personales con los demás podría desembocar en una ruptura definitiva de la situación. Mientras luchamos para evitar caer en tópicos y no etiquetarnos de ninguna manera, estamos incurriendo en una falta de compromiso, además der ser partícipes de una ceguera temporal que podría hacernos, con el tiempo, perder a la otra persona. Porque en determinadas ocasiones hay que elegir. El negro no contiene al blanco, ni el blanco al negro. O blanco o negro. El capitalismo del amor nos empuja a quererlo todo, a llenarnos las manos de sentimientos y a ansiarnos por probar más y más. Como un niño que escribe la carta a los Reyes Magos, lo deseamos todo y no queremos prescindir de nada.
Luna en Brasil, la última proyección de esta edición de LesGaiCineMad, se centra en el viaje a Brasil de la poeta estadounidense ganadora de un Pulitzer, Elizabeth Bishop, considerando las consecuencias que el viaje supondrá al abrir una nueva etapa en la vida de la escritora. Elizabeth pone rumbo a Brasil para encontrarse a sí misma. Allí, se instala en casa de una vieja amiga de universidad que vive con su pareja, Lota, una arquitecta de renombre en el país. Al principio de la visita, Lota no aguanta a Elizabeth, la pone en aprietos constantes, pero pronto se desarma el motivo por el que Lota se ceba con su invitada, está enamorada de ella y no sabe hacer frente a esta coyuntura.
La arquitecta, acostumbrada a la camarilla que le baila el agua, insiste en conquistar a una Elizabeth reacia a sucumbir y formar parte de las risas enlatadas que rodean la vida de Lota. Entre desavenencias, Elizabeth acribilla a Lota al denostar el bien más preciado de ésta última, la seguridad en sí misma, pues la poeta le confiesa abiertamente que no todo el mundo debe estar orgulloso de su trabajo, porque ser una persona insegura no es sinónimo de ser un blanco fácil. El paso del tiempo convierte a Elizabeth en una presencia necesaria en la casa donde, a pesar de todo, siguen conviviendo las tres y donde, progresivamente, la escritora va usurpando la vida de su amiga al estilo Eva al desnudo (All About Eve, 1950, Joseph L. Mankiewicz).
Lota comienza a jugar al ‘Risk’ del amor e intenta conquistar cada vez más territorios, hasta construir un imperio colonial en su casa. El ansía de abarcar a las dos mujeres le puede tanto que fabrica una casa para cada una, se autoconvence del estado de poliamor que están viviendo sin reparar en que ninguna de las chicas quiere eso. Unilateralmente fuerza, vía económica, a permanecer a las dos en esta encrucijada. Lota, convencida de que todo le pertenece, comienza a ejercer de cacique local y sigue tiñendo de amor a tres de un modo más cercano a las prácticas mormonas de Big Love (Mark V. Olsen, Will Scheffer, 2006).
La desmembración de las normas termina en un efecto dominó y Elizabeth, a modo de cola de Freezer, chupa de Lota para ganar seguridad en sí misma a costa de la tercera en discordia que continúa en la otra casa, también actuando como vampiro por depender económicamente de la arquitecta, y ésta a su vez, necesitar de la dos. Todas contra todas. Un sálvese quien pueda que termina con la decisión de una de ellas de romper el desequilibrio emocional. Irónicamente, otro golpe, militar en este caso, acaba con la democracia en Brasil y con la imposición a la fuerza de un régimen militar, al que Lota apoya públicamente, convirtiéndose en la arquitecta del gobierno local. Elizabeth, cada vez más indignada, se va distanciando tanto de su pareja como de un pueblo al que critica abiertamente por seguir jugando al fútbol mientras le es robada la democracia.
LesGaiCineMad pone fin a esta edición marcada por las dificultades económicas del festival, cerrando un capítulo más en su larga trayectoria. Personalmente, espero una edición número veinte renacida a raíz de un mayor grado de implicación de las fuentes de financiación pública y demás organismos del Ayuntamiento de Madrid, para devolver el esplendor a un festival que funciona como una plataforma de difusión, visibilización y normalización LGBT a través del cine.
Luna en Brasil consiguió el Premio del Público a Mejor Película. Por otra parte, el Jurado premió como Mejor Película a Tiger Orange. Podéis acceder al resto del palmarés aquí