Presentimientos
La deconstrucción del amor Por Jose Cabello
Unas idílicas vacaciones pueden suponer para la pareja el principio del fin. O al menos eso reflejan las estadísticas que sitúan estos días de descanso como un elemento negativo para muchas parejas, llegando a situar el mes de septiembre como el mes que más número de separaciones registra. El retrato de la pareja venida a menos, éste es el embrión de Presentimientos, un proceso de inmersión en la fractura de una relación marcada por un distanciamiento, acentuado por los años y por la falta de apego. Y es que el concepto de pareja, al igual que en la vida real, también en el cine sufre un proceso de cambio. No solo la extinción parcial de un género anquilosado al romanticismo trasnochado y cursi, sino la regeneración del romanticismo a través de la muerte de una relación. Es decir, la recreación de aquello que fue pero ya no es, rememorando un amor que ya se apagó y solo queda en el subconsciente, como en Olvídate de mí (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Michel Gondry, 2004) , o retratando los últimos coletazos de una pareja que ya ha perdido la pasión y no sabe recuperarla, Blue Valentine (Derek Cianfrance, 2010).
Marta Etura y Eduardo Noriega interpretan a Julia y Félix, una pareja que decide alejarse de sus rutinas habituales a través de una escapada a la playa, intentando así recuperar el deseo de una relación en estado de hibernación y sin primavera a la vista. Si al distanciamiento ya de fábrica se le suma un recién nacido en común, Presentimientos también podría alzar la voz al reproche de la soledad de las madres primerizas, una soledad provocada por la negativa del padre a colaborar en el proceso de crecimiento del hijo, o simplemente efecto de olvidar modificar agenda de trabajo, relegando a la madre novata a cargar con todo el proceso del bebé. El estrés de estas nuevas tareas impuestas abrirá paso a la impotencia y a una posible depresión que, obviamente, tendrá impacto negativo en la pareja. El complejo horizonte para la relación entre Julia y Félix llega a su punto de inflexión durante las vacaciones, cuando Julia sufre un accidente de coche y la trasladan al hospital donde queda en coma.
A partir de aquí, los roles cambian y él comienza a ser el sujeto activo. Como en Hable con ella (Pedro Almodóvar, 2002), a Félix le recomiendan mantener conversaciones con su mujer postrada en la cama mientras una desvirtualización de Julia vive una realidad paralela fruto del coma. El mayor interés del film radica en esta parte, pues Santiago Tabernero, el director, consigue extraer el máximo jugo de un guión anodino esbozando una desmembración del planteamiento original. Así, la creación de un submundo ficticio utilizando los mismos actores pero con patrones diferentes a los mostrados en primera instancia -patrones marcados por la percepción que Julia tiene de cada uno de ellos- provoca un doble juego dando lugar un puzzle atractivo aunque previsible. Si la ambientación consigue atrapar una atmósfera de singularidad en Presentimientos, incluso rememorando pasajes de la inquietante noche en el teatro de Mulholland Drive (David Lynch, 2001), la falta de suspense consigue debilitar el esfuerzo de lo construido hasta entonces. Más cuando todo se apuesta a salvar la etiqueta de un thriller al borde de la inanición en lugar de alimentar la faceta de rareza que puede despertar el producto, como hizo Eduard Cortés con Ingrid (2009).
A pesar de contar con dos sólidas interpretaciones, el coste de oportunidad en Presentimientos alcanza cotas muy altas, y lo atrevido de la propuesta recula constantemente en su tramo final.
Un paso hacia adelante y dos hacia atrás. Este lema es la constante de la cinta que no sabe aprovechar su mayor fortaleza y tropieza con su mayor debilidad: las propias trampas que el guión va dejando en el camino a la historia. Incluso cuando la pareja parece más desestructurada que nunca y los secretos ocultos que había entre ellos salen a la luz, creando un irreconciliable distanciamiento entre Julia y Félix, Presentimientos decide obviar la tragedia de sus protagonistas a favor de un happy end precipitado para no provocar el descontento en ningún sector del público. La incógnita sobre Presentimientos surge cuando ha caminado todo el metraje en dirección opuesta hacia lo que sugiere en sus inicios, enturbiando lo valioso, complicando la obtención de un target perfilado.