Ruined Heart: Another Lovestory Between a Criminal & a Whore

All lovers speak so lovely Por Fernando Solla

The most important things are love and beauty
It doesn’t matter if you’re rich or poor
To prosper and to fly, a basic human right
The feeling in your heart that you’re secure
Here Lies Love (David Byrne y Fatboy Slim, 2010)

El Atlántida Film Fest 2015 presenta en la Sección Oficial una de los títulos más innovadores de su parrilla en lo que a nivel formal se refiere, además de introducirnos en el imaginario de Khavn de la Cruz. Conocido en Filipinas como KHAVN, el artista destaca también como poeta, cantautor y pianista, algo que queda patente en el filme que nos ocupa. Con más de un centenar de cortometrajes a sus espaldas, el realizador ha trasladado dos de ellos al terreno del largo. En 2012 lo hizo con Mondomanila y tras su paso por el Festival de Berlín del mismo año con Ruined Heart, ha seguido sus propios pasos poco tiempo después.

El resultado es una película plásticamente cautivadora y sin apenas diálogos en la que, sin embargo, el sonido resultará uno de sus factores determinantes para incluir al espectador en un estado mental nómada e itinerante, así como la pareja protagonista. Un poema digital que es a la vez un cuento romántico y criminal contado a través de una banda sonora mezcla de canciones compuestas para la ocasión interpretadas a través de los sonidos de una barriada criminal en la que ni siquiera los niños parecen tener un atisbo de esperanza, convirtiéndose en espectadores de lo que les depara el futuro inmediato.

Tras unos títulos de crédito iniciales en los que unos recortes de periódico se convierten en relatos de asesinatos que resultan ser tatuajes sobre la piel de un cadáver aplastado contra el asfalto, el realizador nos introduce a sus personajes principales con su vista fijada directamente en la cámara. Superpuestas, cortinillas que nos explican quiénes son: el criminal, el amigo, la puta, el pianista… Sin nombres propios pero con artículo determinado. Seres que nos mostrarán qué se siente al saberse no amados por el prójimo. A excepción de la pareja protagonista. Quizá una de las escenas que mejor refleja este anonimato en el que se mueven estos individuos en el terreno laboral (criminal y prostituta) sea el momento erótico en el que el cuerpo de ella resulta cubierto por innumerables hojas arrancadas de un listín telefónico. La casualidad de encontrarse o la condición irrevocable de perderse entre tantos desconocidos.

Ruined Heart

Hay una constante en Ruined Heart, que será la necesidad que transmite el protagonista de verse a sí mismo y encontrarse en aquello que hace o en enfrentarse a lo que le obliga a huir corriendo. El realizador nos lo mostrará a través de reiteradas escenas en las que el hombre filmará sus persecuciones, móvil en mano, a modo de selfie. Esta técnica contextualizará la fabulación en un violento contexto sociopolítico, en Manila. A primera vista puede parecer un desafío buscar un significado o mensaje más allá de la imagen, pero la predominancia de poesía visual y sonora no impide que la narración siga su curso en ningún momento. Quizá contra todo pronóstico o quizá como era de esperar, nos sentimos conmovidos por la historia del criminal y la prostituta que tras una noche de sexo, se enamorarán y huirán juntos. Pisándoles los talones, el padrino local que no aprobará esta relación al considerar a la mujer como una de sus propiedades, ¿quizá su esposa?

Poco importará, ya que de lo que se trata es de retratar la huida y el viaje a ninguna parte de la pareja. ¿Puede el amor encontrarnos en los más sombríos lugares? ¿Puede la belleza tener alguna oportunidad entre tanta decadencia y muerte? Sí y sí. Mención especial para la fotografía de Christopher Doyle, que se toma la feliz licencia de desarrollar una exploración de técnicas de cámara en paralelo a la historia que se cuenta en la película. Desde GoPro hasta los 35 milímetros contemplaremos formatos inimaginables, incluida una espeluznante prueba de cámara de un dentista de la extracción de una muela. Dolor y placer a partes iguales o el sadomasoquismo de nuestra mirada plasmada ante nuestros ojos.

Ruined Heart 2

Por otro lado, lo verdaderamente relevante en este terreno es la plasmación de la violencia, pero especialmente, del sexo. Escenas como el momento de placer supremo que parece experimentar la Prostituta y ese primerísimo primer plano del esperma recorriendo su fisonomía o el avance y retroceso de la cámara durante una orgía convertida en retablo ante nuestros atónitos ojos, enriquece una reflexión sobre el acto de visionar una película. Un acto de violación por parte del espectador sobre el trabajo que han realizado los profesionales del medio. Retomamos así un interesante debate sobra la finalidad del séptimo arte. ¿Para quién se hace el cine y cuál es su verdadero objetivo?

Mientras lo visual nos atrapa nuestro oído también se somete al desafío de identificar y discernir entre una amalgama indisociable de sonidos captados en directo, instrumentos que se pelean entre sí, canciones que narran las vivencias de los protagonistas en tiempo real…

Finalmente destacar que, aunque probablemente Ruined Heart no sea una propuesta de fácil digestión para todo el mundo, a los que se dejen absorber por su tumultuosa y sórdida belleza se les recompensa con una experiencia cinematográfica alucinógena y casi pornográfica como en pocas ocasiones se enfrente un consumidor cinematográfico. Realmente, un hallazgo.

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