Una nueva amiga

El cuerpo desubicado e identidades elásticas Por Manu Argüelles

François Ozon comenta que su última película, Una nueva amiga, defiende nuevos modelos de familia frente a la reacción de los matrimonios gays en Francia. Lo paradójico del caso, y como no podía ser de otra manera tratándose de él, es que para llegar a un claro destino el camino elegido está lleno de constantes equívocos, ambigüedades y dobles lenguajes. Es más, desvía tanto su atención hacia el aspecto llamativo de la película, un excelente travestido Romain Duris, que camufla el relevante proceso de transformación de la película, que no es otro que el de la actriz protagonista. Y lo cierto es que cuesta resistirse a Una nueva amiga porque es tan de Ozon que casi le perdonamos no haber salido tan fascinados de ella como en sus dos anteriores largometrajes, Joven y bonita (Jeune et Jolie, 2013) y En la casa (Dans la maison, 2012).

No quiero ser injusto con ella y someterla a una comparación porque no estamos ante una película mediocre o menor dentro de su filmografía, algo que he escuchado bastante en el Festival. Se trata tan solo de una cuestión pura de subjetividades. Frente a la perfidia maquiavélica de En la casa y la sensualidad etérea y atmosférica de Joven y bonita, el juego de identidades y ligero de Una nueva amiga no me atrapa con la misma intensidad, algo que en mi caso además me resulta extraño, porque es un área de estudio a la que le he dedicado mucho tiempo. Pero en todo caso es un problema mío, no de la película, porque, insisto, en sus intenciones, el filme funciona perfectamente y fluye perfectamente engrasado.

Una nueva amiga 3

Un prólogo vaporoso que ya roza el precipicio de la cursilería con un tono relamido, esos vértigos estilísticos que tanto le gustan al director transitar, nos ubica rápidamente en territorio Ozon, cuando el punto de partida de la película es la ausencia y el duelo (Bajo la arena y Mi refugio), dado que nos sintetiza la relación de amistad de dos chicas, donde una de ellas fallecerá. La amiga que muere deja a un viudo y un bebé. El reencuentro de Claire (Anaïs Demoustier) con éste en su nueva vida como progenitor único propicia el desarrollo del relato, en cuanto descubre la oculta afición de David (Romain Duris).

A partir de este arranque resulta ineludible que empecemos refiriéndonos a uno de los motivos visuales fundamentales del cine de Ozon: el del personaje protagonista mirándose en el espejo, algo que en Una nueva amiga es tan recurrente que se convierte en auténtico eje motriz. Sobre su utilización en el cine referido a la mujer, aquí imagen fundamental que remarca la importancia del proceso evolutivo de Claire dentro de la narración, Jordi Balló 1 nos comenta:

Las mujeres que se miran en el espejo buscan la interrogación (…) La mujer consulta, medita, toma conciencia en esta mirada fulgurante: su imagen es una invitación a la autorreflexión (…) La mujer que se interroga sólo mira dentro de sí, es un personaje ausente pese a su presencia, vive replegada en ella misma.

Algo que será perfectamente aplicable a Claire y que nos dejará una de las más bellas escenas de la película donde la cámara se detendrá en Claire frente al espejo examinándose sus senos pequeños (y quizás todo se resume aquí). En esa percepción a través del tacto sobre su propio cuerpo, no sólo nos deja frente a un modelo físico femenino en las antípodas del canon de perfección impuesto por la publicidad y los medios de comunicación, muy en sintonía con la reivindicación de la belleza y el erotismo de la mujer embarazada en Mi refugio, sino que enuncia la construcción de su propia identidad a través de lo físico. Siguiendo a Jordi Balló, en el desdoblamiento de la mujer frente al espejo, Ozon nos plantea dos superficies ambivalentes sobre las que explora la identidad. Pero su propuesta, muy en la línea de las nuevas multitudes queer, alinea dos procesos simultáneos que revuelven las clásicas y normativas correspondencias binarias género-sexualidad. Cuando Claire entra en contacto con David/Virginia, mientras que él resulta el paradigma del cuerpo desubicado a partir de la fusión de lo masculino y lo femenino en el mismo género, Claire va desplazándose hacia una androginia como síntoma de una nueva sexualidad, oculta y reprimida, que poco a poco irá emergiendo de su interior. Por tanto, en ambos casos hay una fuga del cuerpo, ya sea como un redescubrimiento de su propio físico en el caso de Claire (para redescubrirlo previamente es necesario distanciarse de él) como en la preferencia por una imagen opuesta a su género en el caso de David/Virginia. Desde aquí todo queda revuelto. No resulta tan fácil hablar de transgénero y de reasignación de sexo, porque Ozon desarticula también la transexualidad en cuanto no hay correspondencia entre tendencia sexual y género deseado en el caso de David. Es decir, el fetichismo de David no compromete su heterosexualidad. Ozon procede a naturalizar opciones que se escapan de los esquemáticos órdenes que regulan la sexualidad y la identidad. Porque su cine de la diferencia siempre encuentra su poder subversivo cuando perversiones y desviaciones siempre escapan de la moral heteronormativa e institucional. Lo importante es que Ozon nunca juzga, visibiliza y legitima. Por eso siempre seguiremos amando su cine. Porque Una nueva amiga en su formato de propuesta cómica y distendida, muy tocante al teatro del boulevard y el enredo cortesano (burgués), teclas muy afines en su cine (Potiche), significa enunciados de gran relevancia y profundidad.

Su envoltorio sofisticado y refinado y sus formas suaves y relajadas permiten que Una nueva amiga sea una bomba de relojería con la que instrumentalizar esos núcleos familiares diferentes propuestos para el público generalista. Y para llegar a ellos, Ozon utiliza las estrategias efectivas del entretenimiento, vehículo que nos lleva cómodamente por un recorrido lleno de desvíos que emergen a partir de la intimidad con la muerte como motor de ignición. Desde la falta nace lo nuevo y desde ese encuentro de dos personajes muy opuestos (sistema habitual en el microcosmos de Ozon), construido en lo apartado de la sociedad -el secreto de David obliga a ello- traza una dialéctica rítmica que nos lleva de la mano por personajes que problematizan su acomodo en el mundo en cuanto manifiestan un deseo de performatividad personal (David/Virginia) que da señas del género como algo moldeable (la teoría de Judith Butler) y, especialmente, nos conduce a una elasticidad en la identidad porque nos dibujamos individualmente a partir de la creación ideal de nosotros mismos, estemos en disonancia (omnipresente en Ozon) o no con el entorno sociocultural que nos ha tocado vivir, el que sanciona y reprime. Una nueva amiga, como espacio de libertad lejos de lo prohibido, como lugar para pensar la alteridad. Y sin perder nunca el espíritu lúdico, el que siempre nos provoca adicción en el director francés.

Una nueva amiga 2

  1. Balló, Jordi (2000): Imágenes del silencio. Los motivos visuales del cine. Barcelona, Anagrama, págs. 60-61
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Comentarios sobre este artículo

  1. PEDRO dice:

    LA CANCION SE LLAMA «UNE FEMME AVEC TOI»

  2. Ana dice:

    Hola alguien sabe como se llama la canción que canta la mujer cuando van al bar??

  3. Deja muy buen sabor de boca lo último de Ozon. Sorprende su habilidad para jugar con la identidad sexual. Compartimos nuestra reseña:

    http://macguffin007.com/2015/05/19/critica-una-nueva-amiga/

    Saludos

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