Víctor Moreno, director de Edificio España
Por Jose Cabello
Hace dos semanas, Víctor Moreno y su equipo hacían pública la difícil situación que durante un año y tres meses habían estado soportando: su proyecto, una obra que comenzó en 2007 registrando la reforma integral del Edificio España situado en una de las plazas neurálgicas de la ciudad de Madrid, era silenciado por la empresa propietaria del inmueble, Banco Santander. Banco Santander se acogía a una cláusula del contrato firmado entre las partes que vetaba la distribución del film ya que, según ellos, perjudicaba sus intereses comerciales. Víctor declaraba en los medios de comunicación que no entendía esta postura ya que en ningún momento el documental atacaba a la entidad; además,ya se había exhibido en tres festivales. Rápidamente, las redes sociales y la plataforma «yo quiero ver Edificio España”, apoyada tanto por cineastas como por miles de ciudadanos, presionaban a la entidad financiera para que Edificio España saliera adelante. Y así fue.
Preparando la entrevista que ya habíamos concertado con Víctor nos enteramos de la gran noticia: Edificio España al fin era libre.
Víctor Moreno es un documentalista de lo real con una larga trayectoria tanto en el terreno del cortometraje como en el largo. (Aquí todos sus trabajos http://www.vimeo.com/user5054588). En su obra destaca el énfasis por trasladar a la pantalla la dignificación de trabajos y el componente humano del mismo, todo retratado desde un punto de vista nada condescendiente.
Comenzar dándote la enhorabuena de parte de CineDivergente ya que al final ha sido posible levantar el veto a tu proyecto Edificio España. ¿Cómo te llegó la noticia?
A través de mi abogado, que es el que ha llevado todo el proceso de negociación con Banco Santander. La notificación nos llegó el viernes, a primera hora de la tarde y entonces me reuní con mi abogado. Acto seguido, hicimos público el comunicado que recibimos donde al fin deciden liberar la película. Estábamos muy contentos ya que había sido una lucha de todos, tanto del equipo de Edificio España como del esfuerzo humano que se produjo a través de las redes sociales. También los medios de comunicación ayudaron a dar visibilidad; todos juntos hemos presionado para que la película vea la luz y gracias a eso se ha hecho posible.
¿A qué se debe este nuevo entendimiento entre las partes? ¿Qué motivos te han dado para argumentar que antes no fuera posible proyectar el documental y ahora si?
Directamente ahora sí y antes no, no hubo más explicación por su parte, han liberado el documental sin más. Sin ningún motivo aparente, de la misma manera que tampoco hubo ningún motivo expreso para el veto. Es verdad que siempre estuvo la motivación de las “razones comerciales” ya que el documental, según ellos, podría perjudicar las operaciones comerciales con el edificio.
Para mí, esta argumentación carecía de sentido ya que en ningún momento se pronuncia o se asocia nada a Banco Santander, además el documental no es de estilo discursivo, Edificio España es un proyecto social de corte caleidoscópico centrado en los objetos, los trabajadores y los espacios.
Tras conocer el veto a la película, que supongo que fue muy duro para ti y para todo el equipo técnico del documental, ¿cuándo y por qué motivo te planteas que el público debe conocer lo que está pasando con tu trabajo?
Para contextualizar, durante el último año y tres meses, tiempo que ha durado todo este proceso de batalla por Edificio España, hemos sufrido muchísimo. El documental estaba cogiendo cuerpo tras su paso por el Festival de San Sebastián y Documenta Madrid cuando de pronto nos lo frenaron y, a pesar del número tan elevado de solicitudes para proyectar la película, no pudimos responder. Fue muy doloroso para todos nosotros, teníamos una enorme herida abierta, y al ver que se agotaban las vías de conversación y parecía imposible llegar a ningún tipo de acuerdo entre las partes, comenzamos a reflexionar sobre la idea de hacer pública la situación de la película. Por otra parte, cuando más real se hacía la noticia, más cineastas se solidarizaban y apoyaban a Edificio España. Eso nos hizo sentir más arropados para seguir adelante.
Algo que parecía muy difícil a priori: un cineasta plantando cara a una entidad financiera tan poderosa como Banco Santander, y que al final ha resultado vencedor de esta batalla, ¿crees que ha sido definitiva la presión ejercida desde las redes sociales, así como el apoyo de otros cineastas como Arturo Ripstein, Isabel Coixet, Nacho Vigalondo, o Manuel Martín Cuenca (entre muchos otros)?
Estoy convencido de que eso ha influido. El enorme apoyo, cariño y esfuerzo ha motivado que al menos ellos se replanteasen retirar el veto, tengo claro que sin esto habría sido imposible. Para mí ha sido un bonito momento que refleja lo que se puede conseguir a través de la unión de todos nosotros.
Lejos de ser frívolo y de obviar el proceso de tan duro de ver guardado Edificio España en un cajón durante un año y tres meses, ¿crees que todo este litigio entre Banco Santander y la película le favorecerán a la hora de aumentar el número de espectadores potenciales?
Eso es indudable, ahora bien, en ningún momento fue nuestro propósito, ni yo ni el equipo querríamos haber pasado por este mal trago, hubiésemos preferido un recorrido normal para la película, teniendo los espectadores habituales en este tipo de proyectos. Actualmente la película tiene una fuerza que, a día de hoy, pocas películas de esta índole pueden tener, pero quiero que la película sea fiel al espíritu que la ha liberado. Lo último que quiero es tergiversar todo el apoyo que ha recibido Edificio España.
¿Cómo surge en tu cabeza la idea de rodar en el interior del Edificio España? ¿Conocías su historia? ¿Cómo te dejaron rodar el proceso de transformación?
Todo empieza en el año 2007, yo vivía cerca del edificio y me enteré de que iba a comenzar el proceso de remodelación. En ese momento, de una manera casi impulsiva, consideré que ese instante debía ser registrado, por lo simbólico del edificio. Así que pedí permiso, y aunque tardó en llegar a las personas indicadas, finalmente nos concedieron la autorización para grabar en el interior. Mi obsesión, nada más entrar, era ser capaz de registrar cada uno de los espacios del edificio, hay que tener en cuenta que era un rascacielos mastodóntico, de los llamados edificios-ciudad, que albergaba un hotel, despachos y oficinas, residencias y hasta un centro comercial. Quería dejar una especie de inventario con todos los objetos y lugares.
A medida que fui descubriendo el espacio me di cuenta de que un elemento importante para la película eran los propios trabajadores que estaban llevando a cabo la demolición, y empecé a aproximarme a ellos. La actitud, que siempre he pensado que marca el estilo del cineasta, creó una simbiosis en la película, por un lado un espacio desapareciendo y, por el otro, los trabajadores que lo están llevando a cabo. Más tarde, todo esto resultó determinante como testimonio del momento histórico en el que estaba ocurriendo.
En todos tus cortometrajes, además de en el largo, es latente el interés que te suscitan los trabajos o profesiones ligadas al sector primario, ¿por qué ese interés en fijar sobre este aspecto tu mirada?
A veces sí, a veces no. Sí, por ejemplo, en Holidays, donde un cabrero abre el film. Ahí si me interesaba algo muy de la tierra antes de la llegada del turismo a la isla. Lo mismo ocurre en mi última película, La piedra, la conexión aquí es todavía más prehistórica ya que estamos viendo a un hombre y a una piedra: me interesaba registrar el Hombre y la técnica en la era de la tecnología.
Más que decir que son trabajos arcaicos desde una mirada idílica, me gusta rastrear en esos trabajos dilucidando qué componente hay de resistencia y de reflexión frente a un mundo en el lo más habitual es estar sentados y escribiendo frente a un ordenador. Creo que es importante no perder la relación del Hombre y el entorno, de ahí la película.
Sin embargo, Edificio España es todo lo contrario: pleno centro de una ciudad, edificio moderno, y aunque también existe un componente de trabajo manual, estas personas se ven obligadas a trabajar en esta dura obra por sus circunstancias personales.
El conjunto de tu obra podría entenderse como una especie de estudio antropológico de la sociedad frente a los nuevos usos, los antiguos espacios o las pérdidas de las costumbres. ¿En qué medida esto se refleja en Edificio España? ¿Qué papel tienen en el documental los obreros de la remodelación?
La película no está compuesta a través de personajes como podría ser el caso de En construcción (José Luis Guerín, 2001), un referente para muchos de los que ya han visto Edificio España, pero no se parece en nada. Es cierto que En construcción sigue la evolución de un grupo de personajes, yo quería sin embargo huir de los personajes, yo quería que mi único personaje fuese el edificio y en determinadas capturas mostrar personas, casi como un anecdotario que no parece decir nada pero, a la vez, está cargado de sentido cinematográfico y social. En estas capturas hay un acercamiento muy estrecho entre los trabajadores y yo, ten en cuenta que me encerré en el edificio durante un año e iba a las mismas horas que ellos. De esta forma quería integrarme en su cotidianidad. Ellos asumían que estaba ahí, y yo no buscaba la invisibilidad, intentaba que todos formásemos parte de un mismo proceso. Esto es lo que le da el valor más antropológico a Edificio España.
Siempre se está hablando del eterno problema del sector cinematográfico en este país. En realidad, la mayor preocupación del público que estamos interesados en un tipo de cine que apuesta por otras miradas, radica en la posibilidad de hacer un primer film, con la ayuda de muchos y sin remuneración de nadie. Sin embargo, los mecanismos de la propia “industria” o plataforma del cine, condenan a una única obra a muchos autores por no tener un alto rédito económico, muchas veces ligado a la falta de visibilidad. Como cineasta ¿cómo diagnosticas la salud del documental en este país?
Creo que hay que diferenciar dos cosas. Por un lado, el nivel de las posibilidades para realizar una película; con esto me refiero a temáticas o cuestiones que están pasando, es decir, la intrahistoria de los acontecimientos actuales, cosa apasionante para cualquier cineasta de lo real. La otra parte: el cómo lo haces, qué capacidades de rodaje, amortización o producción tienes a tu alcance, es ya prácticamente inviable. Mantener la infraestructura de una productora hoy día es complejo, incluso las ayudas al documental están planteadas, ya de base, erróneamente al seguir exigiendo un guión para el proyecto. Todo esto entorpece mucho la confección de una película. En mi caso es diferente, ya que yo filmo en la mayoría de los casos solo, no soy ambicioso en la producción y trato de ir a la esencia de las cosas. Evidentemente tengo que renunciar a un aspecto técnico brillante, a un sonido increíble, pero toda esta serie de renuncias no impiden que consiga integrar todo dentro de la propia película, como espíritu de la misma.
Aunque estamos asistiendo a un boom para la visibilidad de estos proyectos, para mí es aún muy minoritario. Mucha gente, incluso dentro del cine, sigue considerando el documental como un género menor, y eso inconscientemente se transmite a los espectadores.
¿Te ha minado esta larga espera con Edificio España de cara a tus proyectos futuros? ¿Tienes alguno en mente?
Para nada, no me ha desanimado. Lejos de eso, esta experiencia me ha reafirmado a la hora de hacer cine documental, estoy convencido de que es fundamental para el patrimonio de cualquier pueblo, y seguiré haciéndolo.
Estoy desarrollando un mediometraje junto a Rodrigo Rodriguez, el cual me ayudó con el guión de Edificio España, también será de corte humanista pero de estilo muy diferente a lo anterior. En este proyecto estamos trabajando con inmigrantes, un elemento más de los grandes perjudicados de la crisis económica.
¿Para cuándo el estreno de Edificio España?
Aún no sé qué va a pasar. Lo que sí tenemos claro es que vamos a respetar al máximo a todas aquellas propuestas que ya habíamos recibido para exhibir la película, peticiones previas a todo este proceso. Pero como dije, siendo fiel al espíritu que ha permitido su liberación.