William Raban
Política y sociedad a ritmo de time-lapse Por Yago Paris
Koyaanisqatsi (Koyaanisqatsi: life out of balance, Godfrey Reggio, 1982) es un documental que se convirtió en película de culto desde el momento en que vio la luz. La propuesta es sencilla: mostrar, mediante contraste de imágenes, el deterioro que está sufriendo el planeta por culpa del estilo de vida del ser humano moderno. Para ello, el director Godfrey Reggio se apoya exclusivamente en el poder de sus imágenes, un derroche de horas de filmación que contrastan, a la vez que se complementan, con la banda sonora minimalista de Philip Glass. Sin embargo, las millones de horas de grabación que conforman este documental contrastan con los escuetos 87 minutos de duración. Esto es posible por el uso de la técnica time-lapse, gracias a la cual se puede proyectar lo filmado a enorme velocidad, lo que permite que horas se conviertan en segundos. William Raban (1948-) aúna en su cine las características de Koyaanisqatsi, que transporta a los territorios del cine experimental, donde lleva desarrollándolos desde antes de la creación de este mítico documental.
Fotograma de Koyaanisqatsi
Broadwalk. Reino Unido, 1972, 16mm transferido a vídeo, 12 min.
El artista británico se caracteriza por un intenso uso del time-lapse, gracias al que establece un análisis de la sociedad actual, tanto por su desarrollo como por la conducta de los individuos y de la colectividad. En su cine cobran gran importancia los espacios urbanos, núcleo de captación de las imágenes que utiliza para enarbolar su discurso. Todas estas ideas confluyen en buena parte de sus cortos, como es el caso de Broadwalk (1972). En él, un plano fijo en un transitado pasaje peatonal describe los flujos de personas a lo largo de más de un día de grabación, que gracias a la citada técnica se reduce a apenas 12 minutos de metraje. El resultado es una marabunta de personas, que refleja la masificación de los grandes núcleos urbanos y la conducta rutinaria de este modo de vida.
Fotograma de Broadwalk
About Now MMX. Reino Unido, 2010, 35mm transferido a vídeo, 28 min.
Un caso similar es el de About Now MMX (2010), una obra de 27 minutos en la que hace un uso exhaustivo del time-lapse para filmar diferentes aspectos del Londres actual. Situada la cámara en lo alto de la Torre Balfron, el cineasta hace uso de panorámicas y planos fijos para contrastar, por un lado, la urbe frente a los escasos remanentes de naturaleza que todavía sobreviven en estos parajes, y por otro lado las construcciones frente a los humanos. Mediante panorámicas verticales, el artista enfatiza la obsesión del ser humano por las grandes construcciones, por los edificios de plantas infinitas, a la vez que, al captar a los humanos, estudia sus comportamientos. Gracias a las características inherentes al time-lapse, la conducta de lo filmado se resalta, pues en pocos segundos se observa una importante cantidad de tiempo invertido –en este caso, por los humanos a los que encuadra–. Es así como se hace patente lo rutinario de la vida urbanita, a la que se suma esa tendencia al enclaustramiento voluntario: oficinas, patios de recreo, la majestuosidad de la gran urbe no es sino un sinfín de pequeños compartimentos en los que situar/aislar a individuos o a pequeños grupos de personas, que conviven pero rara vez interaccionan con la inmensa cantidad de gente que los rodea.
Fotograma de About Now MMX
Time and the Wave. Reino Unido, 2013, vídeo, 15 min.
Pero existe una importante vertiente política en su discurso. Esto se ejemplifica en otros dos cortos seleccionados por la Mostra de cinema periférico, que le ha dedicado esta retrospectiva al artista inglés. El primero de ellos es Time and the wave (2013), que nuevamente contrapone los opresivos márgenes de la ciudad frente a la libertad de la naturaleza, concretamente del mar abierto, aunque esta vez prescinde de la citada técnica de compresión del tiempo filmado. En este caso, además, se aproxima a la muerte de Margaret Thatcher y todo lo que la rodeó. Máximo exponente de la derecha neoliberal británica y única mujer en ostentar el cargo de Primera Ministra en su país, su fallecimiento fue seguido de manera multitudinaria por la sociedad, quien le brindó un ostentoso desfile de honor. A la celebración de este solemne acto se le sumó una serie de protestas paralelas, llevadas a cabo por grupos de izquierdas que protestaban por la enorme cantidad de dinero público gastado en tales actos, especialmente si se tiene en cuenta que esta mujer fue la abanderada de la privatización. Contraste de ideologías y crítica social en un film que saca a relucir su lado más politizado.
Fotograma de Time and the wave
Available Light. Reino Unido, 2016, vídeo, 9 min.
Otro ejemplo, más minimalista en las formas pero que recupera el time-lapse, es Available light (2016). La propuesta es sencilla: mientras haya luz natural disponible, el que presumiblemente es el propio director –al que sólo se le ven las manos– leerá de principio a fin El capital, de Karl Marx. A esta premisa en apariencia tan simple se le suma la presencia de una banda sonora fundamental. Mediante ruidos poco definidos, el músico David Cunningham enarbola un discurso sonoro que representa la que podría ser la toma de conciencia de quien lea semejante obra cumbre de la política económica. En un principio, los sonidos avanzan de manera autónoma frente a los movimientos de las manos que pasan las páginas. Poco a poco, música y movimientos se van mimetizando, hasta alcanzar una conexión casi completa. A su vez, la que se intuye que es la palabra “capital” comienza a sonar, sólo en fragmentos, pero cada vez más claros, aunque nunca llega a hacerlo de manera completa. El corto, en su totalidad, funciona como un alumbramiento –juego de palabras con el título–, una reivindicación política, un granito de arena para intentar cambiar el mundo.
Fotograma de Available light