Xiana Gómez-Díaz
La elocuencia de un fundido a negro (o blanco) Por Fernando Solla
Hay autores cuya capacidad de observación es sólo comparable a su dominio del lenguaje y a su talento para transformar ideas en imágenes y, con ellas, impactar sigilosamente en lo más profundo de cada espectador. Xiana Gómez-Díaz es, sin duda, uno de esos autores. Sello inconfundible que, sin embargo, se mueve con comodidad tanto en el terreno de la no ficción como en el de la videocreación, unificándolos en más de una ocasión. El foco que le ha dedicado la presente edición del (S8) 7ª Mostra de Cinema Periférico, con dos sesiones centradas íntegramente en su trabajo de los últimos años, nos ha permitido sumergirnos en un universo apasionante y conectado intensamente con la realidad más inmediata.
Encontros con entidades, serie I, II, III. España, 2013-14, vídeo, 8 min.
Tres momentos en el tiempo para tres instantes para embelesarnos con la naturaleza. La cámara de Gómez-Díaz siempre va más allá de lo evidente, más allá de lo obvio, de lo fácilmente perceptible. Ya desde los créditos vemos reflejado el afán de crear y expresarse a través de la imagen sin olvidar nunca el acabado manufacturado, artesanal. Títulos escritos a máquina e impresos en hojas de las cuales la cámara capta toda su porosidad. En las tres series destaca la importancia del sonido ambiente siempre compartiendo plano con una banda sonora que bebe del vinilo y la música clásica. Del Concierto de Brandenburgo de Bach a Tristán e Isolda de Wagner, para terminar escuchando el sonido de un tocadiscos que ya no emite más música. Sólo el sonido de la aguja buscando una nueva pista que reproducir.
Encontros con entidades, serie I, II, III
Entre la evocación y el drama, entre lo tímido y lo intenso. La combinación de la cuerda con el sonido del mar se combina para mostrarnos algunos rescoldos espumosos por los que se cuela el agua marina. Mientras el plano detalle (y cenital) se abre el charco se convierte en afluente. El ritmo se violenta y cambia de dirección. Como el que busca formas en las nubes del cielo, la cámara las encuentra en la espuma salada. Entre mejillones de roca y almejas. Así es el cine de Gómez-Díaz. Entre el documental y la ficción. Escenarios reales que evocan las historias de hasta el ser más diminuto que los pueble. Escenarios tan reales como nuestra mente que los crea y evoca. (No) ficción, pues. El sol seguirá buscando reflejos en el agua. Esta vez fluvial. Insectos de la familia gerridae, esos cuyas patas parecen remos y que caminan sobre superficies acuáticas. La cámara de la autora trazará senderos parecidos a los movimientos de las zancas de estos animales, provocando el impulso para desarrollar un viaje del mismo modo los movimientos en espiral de los protagonistas del relato favorecen su impulso.
De repente es como si George Sidney viajará hasta Lugo y rodara un remake de Escuela de sirenas (Bathing Beauty, 1944) y Esther Williams se hubiese reencarnado y multiplicado en estos insectos que, tenazmente, conseguirán vencer la corriente de la naturaleza. ¿Una fábula política sobre la actualidad? A medida que avanzan las series, también la profundización en los detalles. Al final de todo, una persona. Una mujer, como lo es la realizadora, como es la Tierra, señora y creadora de todo cuanto contiene. Emociona la capacidad de la artista para filmar la verticalidad de los árboles mostrándolos en el plano de manera horizontal. Cuando ya se ha terminado la música (o quizá cuando el tocadiscos espera una nueva melodía) el primer contacto humano. De espaldas. Mirando hacia arriba. El final es sólo el principio.
Sotobosque 1. España, 2016, vídeo, 5 min.
Fabuloso retrato cinematográfico de un ser invertebrado. De una babosa. Escultura y cuerpo vivo a la vez. Viscosidad casi lasciva. De nuevo, planos detalladísimos que magnifican las dimensiones del animal, convirtiéndolo en un ser que de tan hermoso resulta monstruoso. Respiración en movimiento y fundido a negro. Sobrepasando el ritmo del animal así como el plano pasaremos de una visión lateral a una frontal. A partir de este momento no sabremos si intenta huir de la cámara o llegar hacia ella. Lo que propone Gómez-Díaz aquí es una ruptura de las fronteras del documental, así como de las mismas formas de la naturaleza bajo su punto de vista y su mirada y capacidad de observación. Segundo fundido y llegamos al reposo de este ser maravilloso. Quizá más arrugada y con una respiración menos pronunciada. Último fundido y la noche. Breve paso de un ciclo a otro de la vida.
Dúas Pitas. España, 2009/2013, vídeo, 5 min.
Oímos conversar a dos mujeres mientras en plano vemos a dos gallinas que picotean sobre la tierra buscando alimento. ¿Qué sucede mientras las gallinas comen los restos que no han querido los cerdos? Pues ni más ni menos que un excelente retrato del salto generacional. Dos voces de mujer convertidas en rapsodas improvisadas de la vida cotidiana. Abuela y nieta que, como las gallinas, no tendrán nombre. Cuatro seres para los que no habrá necesidad de medir el ritmo de sus vida y que, sin embargo, vivirán. Y observarán, aprendiendo y conociendo.
While it Spins. España. 2014, vídeo, 3 min.
Un viaje de vuelta a la infancia. Y un cortometraje al que siempre es necesario retornar. Lo vimos en la edición anterior y de nuevo este año. Esta atracción de feria que no deja de girar continúa atrapando por la poesía y melancolía no exenta de felicidad que transmiten sus imágenes. La cámara captará el efecto giratorio a ritmo de Bach, un constante en la cinematografía de la autora. De nuevo (no) ficción o realidad, o ambas. Sigue conmoviendo contemplar el afán de dos niños por chutar una gran pelota de espuma. Gómez-Díaz sabe modificar la perspectiva entre objeto y personas variando a la vez las resonancias dramáticas del relato. Brillante experimento que para un niño puede ser un juego, pero que devolverá a cada adulto la amarga sensación de querer volver atrás y propinar un rotundo puntapié a cualquier vida que nos separa de la feliz isla de la infancia.
A Real Woman. España. 2014, vídeo, 3 min.
Algo a contracorriente sucede en este cortometraje. Abandonamos Galicia para adentrarnos en la contemplación (a cierta y tímida distancia) de la pista de hielo del Rockefeller Center. En tres minutos, la autora se carga el imperante cinematográfico sobre el protagonismo femenino en términos de edad. Situando al personaje convertido en intérprete siempre en el centro de la pista, podremos sentir la electricidad que provocan sus movimientos, así como la explosión de color de su improvisada coreografía. En escasos segundos, los espectadores podremos inventar en nuestra mente todo el plano previo, personal y profesional, de la mujer. La experimentación con texturas, colores y formatos de la realizadora se muestran como principal inquietud. Destaca el particular uso de la split screen para fijar movimientos y detalles. Por si fuera poco, Xiana parece querer romper con el realismo de la imagen evidenciando y manipulando el plano hasta conseguir visibilizar la electricidad de la patinadora.
A Real Woman
Carretera de una sola dirección. España, 2016, vídeo, 28 min.
El documental más aferrado a la realidad social y a lo humano sin mostrar a ningún personaje de carne y hueso y sin renunciar a la particular poética de la autora. Un mapeo cinematográfico que recorre los veintidós prostíbulos de carretera activos en Navarra. ¿Qué sucedería si David Lynch rodara un documental? La respuesta, ante nuestros ojos. La frontera entre el día y la noche, entre la existencia y la nulidad. Jurídicamente, la prostitución no es ilegal en nuestro país, aunque cinematográficamente la cámara de Gómez-Díaz tendrá la entrada prohibida a unos lugares a través de cuyo umbral parecerá desaparecer la vida y el tiempo.
El uso del grafismo explícito sobre la imagen se combinará con los símbolos lumínicos, confundiéndose con la cartelería de estos lugares. Así, ante la pantalla, tanto veremos un mapa de internet con un corazón marcando cada local sobre el gráfico, una ruta de veintidós corazones rosas, que sin problema aparecerán sobre la imagen. El documental se podría entender también como la interpretación fílmica de la geografía de la prostitución autóctona. El tratamiento de la imagen es muy importante. Imágenes superpuestas y fantasmagóricas para mostrar la integración del anti-lugar, la negación de la existencia de algo que no queremos ver aunque esté a nuestro alrededor. Lugares de paso situados en rotondas o a los que acceder cruzando el arcén. La rotonda de la sociedad, el arcén de la unidad social. Todos pasamos por ahí, nadie se queda. Desde el coche todo se verá como si un ojo de buey enorme nos separara de la realidad. Una cápsula espaciotemporal.
También el uso poético de la banda sonora para amplificar el dramatismo de la situación dará cabida tanto a poemas de Jim Morrison como a interpretaciones de la propia autora. Este cortometraje documental dará mucho que hablar cuando encuentre distribución más allá de esta muestra. Un acierto en la programación del (S8).
Carretera de una sola dirección
Mira para aquí un momento. España, 2015, vídeo, 4 min.
A medio camino entre el documental y el retrato de ese momento exacto en el que decidimos por primera vez lo que queremos y lo que no. A punto de entrar en la adolescencia, una niña dejará de posar y de bailar ante la cámara tal como dicta su padre. Progresivamente, modificará su ruta. De la improvisación de unos gestos pasará a la renuncia de otros. Al padre sólo le oiremos. Se esconde tras la cámara. La ropa podría ser actual o no. ¿Una autobiografía? Es muy posible. La tensión es palpable en el ambiente. La ruptura de algo mágico para entrar en algo todavía más insondable y complejo. El nacimiento de la entidad individual femenina. Fundido a blanco sobre su camisa, sobre el pecho.
Proyecto D. España (En producción)
Pocas veces se tiene la oportunidad de formar parte de un work in progress. La segunda sesión dedicada a la figura de Xiana Gómez-Díaz ha incluido una charla moderada por Xacio Baño (director en foco del año pasado) para hablar del trabajo y de los procesos creativos de la autora. Además, se han mostrado tres fragmentos de lo que será su próximo trabajo, que representa también el salto de Gómez-Díaz al terreno del largometraje.
Tres han sido los fragmentos presentados, que además, son toda una declaración de intenciones. En ellos, hemos podido disfrutar e identificar, el estilo narrativo desarrollado en los títulos anteriores y comprobar como Xiana ha aplicado su capacidad de observación, esta vez en localizaciones cerradas, sobre el universo femenino. El paso de la adolescencia a la edad adulta. La apertura, en este caso, será de estas futuras mujeres adultas (que quizá no se den cuenta de que ya lo son) hacia el exterior, pero sobretodo, hacia sí mismas.
El primer fragmento nos adelanta cuál va a ser la estructura de la película. Un guión basado en los diarios de mujeres de entre ocho y dieciocho años. Las películas existentes dentro de Proyecto D fueron grabadas por las familias de algunas de las protagonistas. Documental que permite recuperar la vida, la infancia, desde la edad adulta. Evidenciar de alguna manera las imágenes interiores de y sobre cada una. Una amalgama de planos de puertas cerradas y la luz que se cuela por las rendijas y las cerraduras. La infancia que se escapa, la adolescencia que quiere salir. Miedo. Videos caseros de comuniones con audios de niñas leyendo su diario. La imagen del amor y el hombre perfecto desarrollada a partir de encuentros y reuniones entre todas. Puesta en común para conseguir una profunda reflexión sobre los imperativos a los que nos sometemos para crear nuestra propia identidad, para configurar lo que en un futuro serán nuestros recuerdos.
El segundo fragmento, titulado Excesos gráficos I, nos muestra durante más de cinco minutos al tachón sobre papel como principal protagonista. Los excesos de la escritura confesional de la pieza anterior rechazados por sus propias autores. ¿Qué descartamos de nuestra propia vida para desconfigurar nuestra la identidad que tanto ansiamos encontrar? De nuevo, el inclasificable baremo de reformulación de documental. Toda la documentación se ha encontrado dentro de diarios íntimos. Rojos sobre negro. Diversas texturas para distintos tipos de papel. Azul marino sobre azul celeste, puntos sobre líneas, rayas sobre cenefas. Colores intermitentes pero siempre el negro. Presencia y ausencia. Correcciones sobre la propia vida.
Finalmente, Autorepresentación en red, el último adelanto. En este caso, toda la capacidad de observación desarrollado por la autora en sus trabajos anteriores se vuelca en profundizar, montar y seleccionar las declaraciones de las jóvenes. Los miedos mostrados a través de sus silencios serán tan elocuentes como lo sus intervenciones. De nuevo, la importancia del grafismo para identificar no tanto preguntas como si temáticas o foros para compartir este retrato común sobre el paso a la vida adulta. En este caso, la identidad pública convertida en imágenes y explicada a través de los rostros. Negro sobre rojo. Dibujos, selfies, publicaciones en redes sociales, poses… Un documento que se anticipa como algo determinante tanto en forma como por su contenido.
Finalmente, no nos queda más que aplaudir esta iniciativa del (S8). En primer lugar, por focalizarse en el trabajo de Xiana Gómez-Díaz, esta artista capaz de colocar como nadie un fundido como elemento eminentemente comunicativo. Y especialmente por organizar y estructurar estos encuentros con el público, en los que el intercambio se centra esencialmente en la relación que se establece entre el material mostrado y las sensaciones que provoca en el espectador durante la experiencia que supone el visionado.